Un belén, cientos de piezas y 30 años de colección en Villamanín

Uno de los atractivos para acercarse a Villamanín durante estas vacaciones navideñas ha sido el Belén de Pablo Villacé. Un increíble nacimiento que, por segundo año consecutivo se expone en el salón bajo del Ayuntamiento, formado por centenares de piezas de su colección personal que dan forma a un increíble Belén con todo lujo de detalles, el propio nacimiento, figuras, edificios, molinos, ganado, huerto e incluso una pequeña tienda e Embutidos Ezequiel. En definitiva, centenares de piezas que ha ido coleccionando durante 30 años.

Según explica Villacé, «mi afición por los nacimientos comenzó siendo un niño y empecé poniendo un pequeño Belén en el salón de mi casa que fue creciendo a lo largo de los años hasta resultar inviable su colocación, momento en que decido trasladarlo al garaje». Hasta entonces, «sólo mi familia y amigos conocían mi Belén y fueron ellos los que me animaron a abrirlo a un público más amplio».

Ante un Belén de tales dimensiones y variedad, el pasado año decidió ponerse en contacto con el Ayuntamiento de Villamanín, y éste «me dio todas las facilidades y apoyo para la exposición de mi nacimiento». Desde ese momento han sido dos los belenes expuestos en el municipio,en 2018 y en 2019.

Pablo Villacé pone su colección personal, pero se siente muy agradecido por aquellos vecinos de Villamanín que han puesto su disposición y su tiempo para que todo esto haya sido posible. En primer lugar el propio alcalde, José Luis García, «por permitirme exponer en un local del Ayuntamiento, y como profesional, por haber contribuido a la iluminación del Belén». También gratitud hacia Kati por encargarse de los pequeños detalles decorativos que hacen más grande el nacimiento, a su amigo José el de Tonín «por dar forma a una cascada y un río, la gran demanda entre el público en 2018», a Santi y Lucía por hacer y enseñarle a hacer las montañas que encuadran el nacimiento, y a Cuni, el del super por su colaboración económica. Una cita de agradecimiento que se extiende a «Luis, de Pendilla, a mi suegroLuis y a mi tía Mariví por realizar esos trabajos que, sin ser tan vistosos, son, igualmente, necesarios, y gracias a todos los voluntarios, que de forma altruista han hecho posible la visita al Belén: Inesita, Elias, Pilar, Belén, Fernando, Dani y nuevamente Kati y Marivi».

Su deseo es que la exposición de este gran Belén contribuya «a que Villamanín recupere la tradición navideña de los nacimientos, así como que sirva para que la gente visite, además, este bonito pueblo».