Iván González Palacios nació el pasado 7 de abril en el Hospital de León y, de esta manera, se convirtió en el quinto habitante de esta pedanía del Ayuntamiento de Valderrueda. Allí vivirá con Víctor y Viviana, sus padres, y también crecerá con los otros dos vecinos de Valcuende, Carmina y Miguel.
Todos los nacimientos son motivo de celebración pero en la España más vaciada y "con la que está cayendo" más si cabe. "Es algo peculiar porque somos las dos únicas personas jóvenes y con posibilidades de ampliar el pueblo, porque las otras dos son solteras y mayores. Aquí será el primer niño en 64 años, pero en toda la zona también hay muy pocos nacimientos", comenta Víctor González.
Y es que los lloros de Iván serán los primeros que se escucharán en 64 años en Valcuende, dado que Víctor, de 34 años de edad, se crió en la cercana localidad de Guardo (Palencia). No obstante, todos los fines de semana acudía a la casa de sus abuelos en esta aldea. Allí aprendió el oficio de ganadero y rehabilitó la cuadra como su hogar para mudarse hace ya nueve años.
En el cercano pueblo de La Espina encontró el amor. Viviana, de origen uruguayo, se decidió hace tres años a comenzar a vivir con Víctor y comenzar un proyecto de familia que llegó a su punto álgido la semana pasada con el nacimiento de Iván. El primero de sus hijos, pero quizá no el último. "La idea es tener más, por lo menos otro más si todo va bien", indica el padre del recién nacido.
"Vivir sin estrés ni horarios"
La intención de esta familia en aumento es "seguir viviendo en el pueblo como hasta ahora". Así, confían "vivir sin estrés, horarios ni calendarios" en este pueblo del llamado 'Valle del Hambre'. "Iván irá a la escuela a Puente Almuhey y luego al instituto a Cistierna", asegura Víctor González.Con pocos vecinos, de hecho el censo de la ganadería vacuna de su padre de parda de montaña multiplica al de humanos, Iván crecerá intentando demostrar lo que muchos otros hicieron antes: que se puede tener una infancia plenamente feliz en una aldea de pocos habitantes. "Queremos vivir aquí", manifiesta convencido su padre sobre el proyecto de vida que desean.
'La generación Covid-19'
Iván forma parte de la que quizá en el futuro se bautice como 'Generación Covid-19' y un día Víctor y Viviana le explicarán que vino al mundo cuando todos estaban confinados para frenar al coronavirus. Pese a ello, sus padres cuentan a este periódico que el parto se desarrolló con normalidad. "Quién nos iba a decir cuando se quedó embarazada en julio que íbamos a estar así, pero la verdad es que no hubo ningún problema y nos trataron muy bien todos los del Virgen Blanca", explican.
El alumbramiento requirió de cesárea "pero sin ningún miedo al coronavirus", aunque sí que se adelantó el alto para este tipo de partos de las 72 a las 48 horas por la coyuntura sanitaria. "Tanto los profesionales del Hospital como nosotros cumplimos con todos los protocolos de seguridad a rajatabla, con mascarillas y guantes. Pero lo más importante es que tanto el niño como la madre están perfectamente", relata Víctor sobre este hito en la historia reciente de Valcuende.
En cuanto a cómo están siendo sus primeros días como padres, Víctor y Viviana aseguran que el confinamiento no está cambiando demasiado su rutina diaria. "Hacemos vida normal, nosotros podemos estar un mes sin ir a ningún sitio. Antes íbamos los dos a comprar a Puente Almuhey o a Cistierna, y ahora solo va uno", comentan los progenitores sobre los cambios de la cuarentena.
La de Víctor, Viviana e Iván es una estimulante y singular historia que demuestra cómo la vida siempre gana. También en tiempos del coronavirus y también en el 'Valle del Hambre'.