Un ascenso a Primera con raíces leonesas

Junto a Huesca y Rayo Vallecano, el Real Valladolid acabó siendo el tercer equipo de Segunda que conseguía billete para Primera División. De forma sorprendente, pues tras estar prácticamente toda la liga fuera de puestos de ‘playoff’ logró el pase en la última jornada y como quinto clasificado, el conjunto pucelano terminó llevándose el gato al agua tras eliminar en la primera ronda al Sporting de Gijón y en la segunda al Numancia.

El conjunto vallisoletano, que había dejado la eliminatoria vista para sentencia con el 0-3 logrado entre semana en Los Pajaritos, remataba el ascenso tras empatar 1-1 ante su público, culminando un éxito con raíces leonesas tanto en el banquillo como en la zona de creación.

Y es que, tanto la llegada de Sergio González como las estelares actuaciones en los últimos meses de Toni Villa, han acabado siendo determinantes para que consiguiera regresar a Primera cuatro años después el equipo que preside un hombre nacido en León como es Carlos Suárez.

En el caso del ex entrenador del Español, cuya familia paterna es de Gallegos de Curueño, localidad del municipio de Santa Colomba de Curueño a la que prácticamente todos los veranos regresa a pasar unos días, el cambio que dio al equipo tras hacerse cargo fue radical.

Sergio, cuyos padres son de Gallegos de Curueño, cogió al equipo en abril cuando marchaba 11º en la tabla De hecho, cuando asumió el puesto en sustitución de Luis César Sampedro en abril, el equipo era decimoprimero. Y es más, en su debut perdió 0-1 con el Sporting, pero desde entonces sólo volvió a morder el polvo una vez, en Zaragoza. El resto de partidos de liga los cerró con cinco victorias y un empate, mientras que en el ‘playoff’ de ascenso ganó los dos partidos al Sporting (3-1 y 1-2) antes de resolver por la vía rápida el cruce frente al Numancia.

Su llegada benefició también a uno de los jugadores más queridos por la hinchada culturalista, un Toni Villa que como Álex Gallar repite ascenso por segundo año consecutivo pero esta vez hacia la máxima categoría.

Ha sido, como prácticamente toda su carrera, un año de altibajos para él. El mediapunta, que mostró su mejor versión el año pasado en León, siendo clave en el ascenso y ganándose que el Valladolid que una temporada antes no contaba en absoluto con él pagara para repescarle y embarcarle en su proyecto, tuvo opciones hasta el último día de regresar a la Cultural.

Toni, que durante todo el mercado invernal forzó su regreso a la Cultural, acabó ganándose el puesto De hecho, esa fue su intención desde el primer día de mercado, más ante los ‘cantos de sirena’ que llegaron desde León. Sin embargo, bien la falta de paciencia o bien la ausencia de capacidad de reacción ante la situación, acabó impidiendo su llegada, que se abrió de par en par días antes de que se cerrara el mercado invernal, momento en el que fue el conjunto leonés quien no dio el paso necesario al haber contratado ya a Yelko Pino.

La temporada realizada por un jugador y otro ha sido opuesta. El gallego abandonó el club en invierno rodeado de polémica y rumbo a una Ponferradina en la que tampoco jugó y el murciano, aunque le costó entrar y hasta octubre no había jugado ningún partido de inicio en liga, ha terminado ganándose el puesto y siendo pieza clave del ascenso.

34 partidos, 22 de ellos como titular para un total de 1.922 minutos acabó disputando Toni, presente de inicio tanto en los siete últimos encuentros de liga como en tres de los cuatro partidos del ‘playoff’ de ascenso. Una alegría para un jugador al que la afición de la Cultural ovacionó en su regreso al Reino y del que, por su implicación con el club y contribución al ascenso, quedará siempre un grato recuerdo en León.