Un apoyo para recuperarse del parto

HM Hospitales considera que la imagen idealizada que se transmite a través de la publicidad supone un hándicap para muchas mujeres tras ser madres

L.N.C.
10/08/2020
 Actualizado a 10/08/2020
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Ser madre es una de las experiencias más bonitas que puede brindarnos la vida. Sin embargo, conlleva también una serie de cambios físicos y emocionales muy alejados de esa imagen idílica que se suele transmitir a través de la publicidad y de los medios de comunicación y que, a muchas mujeres les impide disfrutar de esa etapa en plenitud.

Recuperarse de las secuelas de un embarazo y de un parto requiere, como mínimo, de un año, según indica la doctora Ana Revuelta Alonso, especialista la Unidad de Medicina Estética del Hospital HM San Francisco de León. Pero hay soluciones adaptadas a las necesidades de cada mujer para ayudar a conseguir unos resultados óptimos y en menos tiempo. «Si se hace con la ayuda de un equipo multidisciplinar, conseguiremos no solo reducir el tiempo de recuperación, sino potenciar los efectos positivos de los tratamientos y su duración en el tiempo», explica Revuelta.

Entre los cambios físicos, uno de los más evidentes es el que se produce en el pecho, que pierde la turgencia y el volumen que había adquirido durante el embarazo. También es frecuente sufrir «pérdida de cabello, flacidez del abdomen con la aparición de estrías e incluso variaciones en el color de la piel, estreñimiento, incontinencia urinaria, laxitud vulvovaginal, dolor vaginal, inflamación de piernas y venas, exceso de sudoración y, por supuesto, kilos de más», afirma la doctora de HM San Francisco.

Al hecho de no reconocer nuestro propio cuerpo se añade «la explosión de sensaciones negativas» que puede producirse debido a los cambios hormonales propios de esta etapa, añade la doctora Revuelta. Una carga emocional que puede derivar además en la llamada ‘depresión postparto’, un trastorno del estado de ánimo que se traduce en tristeza, ansiedad y cansancio y que afecta al bienestar de la mujer y dificulta la realización de tareas diarias, como el cuidado del recién nacido y, por supuesto, el suyo propio.
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