Un año diferente con la realeza

Para muchas especies incluso ha sido un año muy bueno debido a la menor presión humana fruto de las semanas de confinamiento

Javier Valladares
09/09/2020
 Actualizado a 09/09/2020
Este año nuestra pareja de águilas reales han sacado, por segunda vez, un pollo adelante. | JAVIER VALLADARES
Este año nuestra pareja de águilas reales han sacado, por segunda vez, un pollo adelante. | JAVIER VALLADARES
Este año ha sido un año atípico para todos. La crisis sanitaria provocada por el Covid-19 y sus efectos sobre la economía nos han traído cambios profundos a las vidas de todos nosotros. La naturaleza sin embargo sigue su curso. Para muchas especies incluso ha sido un año muy bueno debido a la menor presión humana fruto de las semanas de confinamiento. Pero en estos días ha surgido una amenaza que afecta directamente a los protagonistas de este artículo.

El anuncio de que cinco grandes proyectos eólicos pretenden instalarse en la montaña central leonesa no ha dejado a nadie indiferente. Yo lógicamente tengo mi opinión personal al respecto aunque no viva en ninguno de los pueblos que se verán afectados. Durante los últimos 9 años he trabajado con varias especies de rapaces y aves necrófagas, en uno de esos valles que se cambiará por completo por la instalación de un gigantesco generador eólico en lo alto de sus cumbres. El coste medioambiental va a ser tremendo.

En el caso que nos ocupa, el impacto sobre la avifauna está muy estudiado. A parte del efecto directo, vía mortalidad por colisión contra las aspas de las turbinas, hay un impacto indirecto como consecuencia de la alteración del hábitat o incluso destrucción del mismo.Nadie duda que la energía eólica tiene más ventajas que inconvenientes, y que la provincia de León tiene que pagar el peaje del cierre de las centrales térmicas, pero estoy convencido que para la montaña central leonesa ese precio va a ser demasiado alto.Durante mis 9 años por mi pequeña ventana a la montaña central leonesa han pasado un sinfín de aves rapaces. Águilas reales, halcones peregrinos, águilas culebreras, azores, milanos reales y negros, aguilucho lagunero, buitre común y negro, alimoches, incluso una cita de águila imperial. Pero no solo de rapaces vive el hombre, en los valles de la montaña central leonesa campea a principio y a final de la temporada el oso pardo, el lobo ibérico y un montón de mamíferos. Aunque no lleguemos a la diversidad biológica de las zonas mejor conservadas de la Cordillera Cantábrica como Laciana o Alto Sil, la montaña central leonesa tiene unos valores paisajísticos, ambientales y humanos que deberían de hacerse valer.

Este año nuestra pareja de águilas reales han sacado por segunda vez, un pollo adelante. Ajenas a todas estas amenazas que se ciernen sobre su futuro, siguen acudiendo a mi aguardo en la montaña central leonesa. No tardaran en presentarme al heredero al trono de los cielos, al que aun no he podido fotografiar.

Un año mas quiero agradecer a La Nueva Crónica de León la oportunidad de estar presente con mis colaboraciones sobre naturaleza en este suplemento estival. También he de agradecer a la Delegación de Medioambiente de León bajo cuya supervisión realizo toda mi actividad fotográfica, así como a los agentes medioambientales de las zonas donde habitualmente me muevo, su ayuda cuando la he necesitado.
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