Un adiós entendible

23/02/2016
 Actualizado a 19/09/2019
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Hay salidas que duelen más allá de lo deportivo. Y la de José Mario Carrillo es una de ellas. Se va un ademarista de corazón, de esos que hemos visto crecer en León e ir superando dificultades hasta acabar convirtiéndose en un grandísimo jugador.

A la memoria viene aquel joven extremo que brillaba con el filial en aquella temporada en que jugó en División de Plata con una escuadra que ahora mismo sería de la parte alta de la tabla en la Asobal.

Aquella gravísima lesión en octubre de 2011, rotura del ligamento cruzado, que le dejó toda la campaña fuera de combate justo cuando, en una temporada en la que a priori aún no iba a ser parte de la primera plantilla, se había hecho un hueco en ella aprovechando las bajas y venía de cuajar un excelente encuentro.

También su continua progresión. De estar a la sombra de Felipe Borges en la temporada siguiente a su lesión, la que se acarició la ‘final four’, a ir ganándole el terreno hasta discutirle el puesto; y pasar a ser dueño indiscutible del extremo izquierdo las dos temporadas siguientes, con momentos inolvidables como aquel penalti con el reloj a cero frente al Nexe que dio el pase a la fase de grupos de la EHF.

Ahora, llega el momento del adiós. Más bien, ojalá sea así, del hasta luego. No se puede decir que no sea entendible. Carrillo está ya para ser muy importante en equipos con un potencial hoy por hoy superior al Ademar. En León, con ésa extraña circunstancia que se da este año de que dos de los cinco mejores jugadores de tu equipo compartan posición, su papel reduce a 30 minutos por encuentro. Sin duda eso dificulta que puedas renunciar a mejorar económica y deportivamente por seguir en el equipo de tu tierra, en tu equipo.

Nadie le puede negar a Carrillo que lo ha dado todo por el club de sus amores. Sobre la pista y fuera de ella. De hecho es de esos jugadores al que conociéndole, pondrías la mano en el fuego a que su rendimiento de aquí a junio va a ser el mismo que si hubiese renovado por tres temporadas más.

Con 25 años y aún en pleno crecimiento, se le echará mucho de menos. Curiosamente, la situación especial de configuración de plantilla hace que, aun con todo lo dicho, aun perdiendo a un jugador que está ya seguro entre los cinco mejores en su posición de toda la Asobal y sigue yendo a más, el año que viene el equipo vaya a salir ganando desviando ese dinero a reforzarse con un central que pueda dar el salto de calidad.

Con Jaime de escudero de Juanín, el extremo debería quedar cerrado. El jovencísimo canterano tiene un gran futuro por delante, aunque obviamente aún esté a años luz de Carrillo. Ojalá que dentro de dos o tres temporadas, pueda volver a juntarse con Carrillo en un Ademar que haya superado su concurso de acreedores con éxito y vuelva a ser un grande de Europa con una economía saneada y dos jugadores de gran nivel por puesto.
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