“Se trata de un proyecto que ha llegado a León con la intención de establecerse como duradero”, ha apuntado, por su parte, Rebolledo quien ha incidido en que la siderurgia es una industria que “está muy asentada” y la posibilidad de que la universidad pueda mantener “un marco de colaboración estrecho” es “muy importante”. “Esperamos que este convenio se traduzca en investigaciones y labores estrechamente productivas que redunden en beneficio de todos”, ha apuntado.
Por su parte, la empresa ha admitido que, aunque aún no está en pleno rendimiento – y no cree estarlo hasta “el final del tercer trimestre del próximo año”, es decir, prácticamente para 2025-, está pergeñando dos proyectos en los que espera contar con la universidad leonesa: por una parte, lanzar una línea de investigación desde la Inteligencia Artificial y, por otro, profundizar en la investigación de los aceros. “Nuestro objetivo es apostar por el desarrollo de otros metales, tal y como se está haciendo en otros países, y trabajar en ser punteros en España, Castilla y León y, por supuesto, León”, ha apuntado Bastos GonÇalves.
Para ello, buscan una simbiosis con la ULE; ellos obtienen mano de obra cualificada y la institución podrá dar una salida laboral a sus alumnos sin que estos se vean obligados a emigrar. “Queremos que la universidad esté en relación directa con lo que pasa en la industria”, ha apostillado el rector para añadir que quiere que sus egresados “salgan bien preparados y puedan quedarse en la provincia”.