Triana quiere la libertad y "mejor trato"

Se entrevistó en la prisión de Mansilla de las Mulas durante varios domingos con La Nueva Crónica (abril y mayo 2016) e intercambió después algunas llamadas telefónicas con los responsables del documental que narra el crimen de Isabel Carrasco, ‘Muerte en León’. Hace unos días, por tercera vez, Triana Martínez –una de las tres condenadas por el asesinato de la presidenta de la Diputación y del PP de León en 2014– ha vuelto a romper su silencio para protestar por su situación y pedir su libertad y un «mejor trato» al ministro de Interior y al responsable de Instituciones Penitenciarias.

A través de una carta firmada el 3 de junio, la hija de Montserrat González –la autora confesa de los disparos que terminaron con la vida de Carrasco– relata en siete párrafos las «terribles condiciones» en que se encuentran ambas en la prisión vallisoletana de Villanubla, donde fue decretado su traslado desde la cárcel leonesa de Villahierro hace justo un año, en junio de 2016.

Sí se ha preparado un plan: para condenar injustamente a tres mujeres sin usar una sola prueba contra Raquel y contra mí (...), haciendo uso de un periódico corrupto En la misiva, que ha hecho llegar también a un grupo de periodistas, pide a sus destinatarios que «velen por la integridad física y psicológica tanto de mi madre  como mía y de mi familia». Según asegura, «desde León sí que se ha preparado un plan, pero un plan para condenar  injustamente a tres mujeres, sin usar ni una sola prueba  contra  Raquel [Gago] ni contra  mí y haciendo  uso de un medio  de comunicación tan corrupto, como todo  lo que estoy viendo que hacen el Diario de León».

Pide al ministro que las traslade más cerca de su familia «para evitar  el desarraigo  familiar» a una de las prisiones  disponibles donde tiene  residencia  su padre –Asturias– o algunos de sus familiares y amigos, «como exige el cumplimiento de la ley», recuerda, «ya que carecemos  de sanciones disciplinarias».

Según Triana Martínez, están siendo «víctimas de una discriminación por la parte de los centros penitenciarios de León y Valladolid», y asegura que tanto su madre como ella llevan un año «sin poder ver tanto a mi padre como a mi abuela de 88 años y las tías y demás familia, y nos necesitamos, pues estamos viviendo  una auténtica tortura psicológica en este centro, donde  nos mandan desde León para poder continuar su encargo», dice textualmente.

La dirección del centro  vallisoletano, denuncia Triana Martínez, no les permite hacer ni una actividad, «y no me ha autorizado ni a hablar  con mi pareja ni  a vernos (a las demás sí y sin aportar ellas acreditación alguna, como yo sí he hecho), de hecho a él hasta le suelen presionar  con que me deje cada dos días».

«Llevamos  amenazadas y acosadas por algunas internas desde octubre». «Apenas podemos  ir a las duchas comunes, por miedo,  y así no se puede vivir». «No podemos  caminar  siquiera  y la salud se está resintiendo. Que es lo que quieren». «Nos han propuesto [el traslado] para desarraigarnos más aún»... Son algunas de las afirmaciones que hace Triana Martínez en su carta, en la que señala que su madre y ella están en «terribles condiciones», por lo que pide el traslado a un centro penitenciario donde puedan vivir «de momento sin miedo  y ver a la familia y que no nos discriminen».

Pese a sus recursos, el 16 de diciembre de 2016 el Tribunal Supremo mantuvo las condenas de 22 y 20 años de prisión impuestas a Montserrat González y a su hija Triana Martínez por el asesinato de Isabel Carrasco. La tercera condenada, Raquel Gago, lleva desde el 20 de diciembre de 2016 presa en Mansilla: 14 años como cómplice del crimen.