Mascarilla, Metro y medio de distancia y Manos desinfectadas, es la regla de las tres ‘emes’ que se enfrenta al coronavirus, la única herramienta que manejamos hasta ahora para hacerlo. Frente a ese escudo, otra M, la de la Muerte, objetivo de un virus que llegó para quedarse en un mal marzo de primavera insatisfecha. Esa M es la que se llevó a la enfermera de Urgencias berciana, Belén Mato tras haber luchado a puñetazo limpio con el coronavirus. Lo hizo cuarenta días en la UCI y consiguió darle esquinazo. Pero le esperaba en la siguiente calle. Mientras sus compañeros aplaudían su salida de esa unidad que suena a último recurso, ella se enfrentaba a los ecos de un contagio que no la dejó quedarse. Y los aplausos siguieron, pero para poner música a una despedida que rompía en llanto a las puertas de una iglesia, mordiéndose los labios tras las mascarillas y respetando la regla de esas 3 emes. Los compañeros no se guardaban su aprecio por la que siempre fue carne de Urgencias, pero tampoco el miedo que mañana volverán a intentar esquivar en el mismo puesto donde Belén comenzó su final. En la primera línea de salida para ayudar a sofocar una pandemia que viaja al desnudo y se escabulle de las reglas. La misma que nos ha hecho voltear nuestras vidas y aceptar que somos nosotros los que podemos ponerle freno solo con una letra del abecedario.
Tres ‘emes’ frente a una
Morir empieza por la misma letra que ha dado nombre a la regla de vida frente a la pandemia, las ‘tres emes’ de protección. Dos caras de una letra que sigue dejando llanto en las despedidas, la última, la berciana que fue carne de Urgencias, Belén Mato
10/09/2020
Actualizado a
10/09/2020
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