Tradiciones que curan

Por fortuna para nuestra salud mental como sociedad, entre otros muchos beneficios que supone el retomar las costumbres y hábitos previos a marzo del 2020, felizmente están volviendo las fiestas y tradiciones como antes de que el famoso virus chino viniera a ponerlo todo patas arriba y a crear un caos que, como ha quedado comprobado, fue muchas veces más excesivo que razonable.

Desconcierto sin medida por las incoherencias que vivimos y sufrimos sin entender por qué durante tanto tiempo las decisiones eran más políticas que sanitarias ni por qué se cometían tantas salvajadas en nombre de la calamidad. Y la agitación de parte de la masa, otro tema a tener en cuenta. Tal vez, algún día, con una retrospectiva del tiempo, entenderemos muchas más cosas.

Volviendo al asunto que titula esta columna, habrá comprobado que por fin este año la gente, la mayoría del gentío porque siempre habrá una minoría que va por otro camino o en marchas más cortas, ha entendido que había que celebrar la Semana Santa como Dios manda –valga la comparación–, que es momento de recuperar fiestas y tradiciones por su capacidad sanadora y que toca pasar página con los que quieren mirar al futuro dejando a un lado a los que prefieren ir con el freno de mano puesto.

Pensaba en todo esto hace unos días hablando de la Feria de Abril sevillana con un andaluz y durante la romería de la Virgen de Castrotierra, por citar un par de citas festivas y multitudinarias recientes donde afortunadamente todo o casi todo parece que vuelve a ser como antes de este paréntesis de dos años que hemos tenido que tragar los fiesteros y los que no, o los de andar por ahí de romería y los que prefieren estar en su casa o en la de amigos y familiares.

Dicen los que trabajan con la psicología que en cualquier ámbito de la vida hay que saber pasar página. Y ahí están los profesionales dispuestos a ofrecer sus servicios cuando el interesado no es capaz de hacerlo por sí mismo o con ayuda de los más cercanos. Y sinceramente creo que la vuelta a las fiestas y recuperar las tradiciones populares son un aliado muy importante para poner el punto final al 2020. Dos años después.