A un trabalenguas
nos encomendamos,
Tamames,
pues tomamos,
tramamos,
timbramos y templamos,
pero no nos times, por favor,
pues como a Tutankamon
y a los tomistas tétricos
os tememos sin tasa.
Y que, como póstumo deseo,
no resuenen entre las paredes
del Congreso,
en el martes de la micción
–perdón, moción–,
las mortales, tremendas
Trompetas de Jericó.

Trabalenguas de la moción
18/03/2023
Actualizado a
18/03/2023
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