Pocos animales están más presentes en las conversaciones diarias como las cigüeñas y ‘sus circunstancias’:los refranes, cuándo llegan, ¿viene primero el macho a preparar el terreno y ver cómo está el nido?, ¿dónde anidan, la clásica espadaña, el viejo chopo o les vale la peligrosa torreta eléctrica?, ¿tienen sueños de grandeza las que eligen almejas y torreones de históricos castillos?, ¿tienen el nido que dejaron el años pasado o se lo han tirado alegando suciedad, peso y peligros?, machacan el ajo para recordar que están allí, incuban el macho y la hembra a partes iguales que también son físicamente exactamente iguales, asoman sus cabezas los polluelos, primeros vuelos con los consiguientes accidentes de piloto novato, sobrevuelan con la primera culebra que logran llevar a su pico, maldicen los sufrimientos que les causan los voladores de las fiestas y celebraciones con el adelantamiento de su marcha a causa de ello alegan sus defensores, las que se quedan en algún basurero y evitan el viaje al sur con los peligros de que les metan perdigón para acabar en algún plato de arroz...
Es la suya una vida seguida día a día, minuto a minuto, en las tertulias se habla de estas especialistas en los trabajos de altura, que construyen su casa en el mejor mirador del pueblo, para ver y que las vean.
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