denise-aldonzab.jpg

Tout est pardonné

15/01/2015
 Actualizado a 07/09/2019
Guardar
Los que hemos nacido a finales del siglo pasado, por suerte, no hemos vivido la guerra. La única alarma que conocemos es la del teléfono móvil y, aunque ya jode bastante, no imagino cómo sobreviviríamos los de la Generación Android a la amenaza constante de un conflicto armado. Por contra, desde el sillón hemos conocido atrocidades, visto aviones derribar las torres más altas y trenes que nunca llegarán a destino. Los últimos días -los primeros de este 2015- ha vuelto a suceder: la masacre de lo inhumano.

La matanza en ‘’Charlie Hebdo ha demostrado por enésima vez que la realidad supera a la ficción y que el verdadero horror llega cuando un Kaláshnikov ocupa el lugar del alma. Al ver las noticias, admito que he llorado. De miedo, de pena, de rabia, de indignación. También por el peligro a que el ojo se acostumbre a imágenes que hablan por sí mismas y de las que más bien poco se puede contar, más allá de llevarse las manos a la cabeza y repetirse que no es verdad.

Desde hace ya bastante creo en las personas más que en cualquier Dios y me remueve las tripas ver cómo es posible que para algunos la vida signifique sólo eso: ¿fe? Dijo Kant algo muy sencillo, la base de la ética: «No hagas lo que no quieras que te hagan». Él no era precisamente un hombre idealista, sí lo eran los dibujantes y periodistas de la publicación francesa. Por ellos, por la defensa del idealismo y de las bondades de la libertad de expresión, aprovecho este pequeño espacio para recordar que el mundo entero salió a la calle este domingo con un mensaje inequívoco: ‘Je suis Charlie’. Que esa sea la fuerza para este año, la de las personas. Ellos ya lo han dicho: «Tout est pardonné». No necesitamos más guerra.
Lo más leído