Tortilla leonesista

Con el leonesismo está pasando últimamente igual que con la tortilla de patata. Le gusta a todo el mundo, aunque cada uno la quiere de una manera y defiende con ahínco que la mejor es la suya. Más o menos hecha (yo siempre he sido de quienes la prefieren con barro, es decir, que el huevo corra un rally entre la patata), con cebolla o sin ella, con pimiento o sin él, con unos cachines de chorizo para darle algo de color... Múltiples recetas al estilo de lo que están empezando a hacer con el leonesismo los gestores de la cosa pública en este nuestro terruño.

Está el de toda la vida, el denunciante del agravio perpetuo, el de la omisión absoluta de culpa de los leoneses en todo lo malo que nos pasa. Y en muchos casos no les falta razón, pero su tortilla quedaría más sabrosa añadiendo una pizca de autocrítica y admitiendo que algo habremos hecho mal también nosotros para estar así. No todos los males están a orillas del Pisuerga y por lo tanto no todos se van a remediar estrenando una autonomía.

Están los que ahora ensalzan a lomos de la gaviota su leonesismo útil, que sería defender a ultranza los intereses del terruño dentro de esta nuestra comunidad. La música suena bien, pero parece complicado que la letra cale en la sociedad si tenemos en cuenta la de años que llevan sus siglas al mando y los enormes y crecientes desequilibrios que se han generado entre las diferentes provincias.

Y los últimos en subirse al carro del leonesismo a su manera han sido quienes llevan una rosa en el puño. No les ha quedado más remedio después de las tensiones internas que han vivido tras decantarse muchos de sus representantes por apoyar la moción que reclama una autonomía para León. En este caso, se apuesta por el leonesismo descentralizador, es decir, por diseminar chiringuitos en el territorio. Y poco más.

Pero lo más triste es que para cada uno de ellos el único leonesismo válido es el suyo, como pasa con la tortilla de patata, por lo que volvemos a cometer el error de siempre, ponernos las anteojeras y no mirar hacia los lados, no sea que alguna vez avancemos todos en la misma dirección para beneficio de esta nuestra tierra y evitemos que alguien pueda decir que entre todos la matamos y ella sola se murió.