Toño Morala o cómo orear la cultura

Javier Cuesta es técnico de Cultura en el Ayuntamiento de Mansilla de las Mulas y autor de este artículo publicado con motivo de la aparición el próximo domingo del libro ‘Aquella vida... Los lunes de Toño Morala en La Nueva Crónica’

Javier Cuesta
21/07/2020
 Actualizado a 21/07/2020
El autor del libro y colaborador de La Nueva Crónica, Toño Morala.
El autor del libro y colaborador de La Nueva Crónica, Toño Morala.
Cuando en el año dos mil once el gran Toño Morala se empeñó y se empeñó en sacar la cultura a la plaza del Grano de Mansilla de las Mulas, supe con certeza que esa era su personal filosofía acerca de ese concepto tan sobado, ambiguo, y muchas veces también tan elitista. Algo elitista salvo para él, que lo tenía tan claro ya por entonces. Así que en aquella ocasión logró reunir entre los viejos soportales de la plaza a un buen puñado de artistas y amigos, y unas cuantas actividades de pintura, escultura, poesía, talleres, música, cuentacuentos… Y es que al aire libre, en el recipiente cultural de Toño, caben casi todas las disciplinas y desde luego todos los públicos. Por eso había allí desde artesanías hasta una ONG en defensa de las mujeres (el compromiso que no falte; el activismo, la lucha, esa es otra faceta suya que daría para hablar mucho rato). Y allí estaban, junto al colectivo del Jardín de las artes, otros como Amancio, Diego Segura o Fernández Castañón, todos ellos casi tan entusiastas como él. Aquel fue un sábado festivo y en armonía que se saldó con una gran paella compartida en el camping, en la que se implicó sin reservas Alfredo el de Reliegos, otro de los participantes que mostraba en la plaza cuadros cedidos por su Asociación cultural leonesa Amigos de Rusia. Sin duda Toño se acordará de una jornada tan agradable. E irrepetible.

En fin, quién sabe si, un par de años después, aquella iniciativa de Cultura en la Plaza de Mansilla no estaría en el germen de otra muy similar y hoy ya consolidada, de la que TM fue igualmente impulsor y moderador: el Ágora de Poesía que tiene lugar cada último viernes de mes en la explanada de San Marcos. Poesía para el mundo. Versos y poemas al viento de la noche, libres y sin censuras, lejos de recintos cerrados y de críticos que los valoren. ¿Cómo iba a faltar nuestro poeta incansable en un proyecto así?

Y todavía nos esperaba otro propósito parecido, fruto del tesón y del empuje de TM en los últimos años, desde las páginas del periódico. ‘Los lunes de TM. Aquella vida…’, este libro ineludible y honesto que ahora edita La Nueva Crónica con sus reportajes. Una selección de sus escritos etnográficos, en la misma línea de popularizar la cultura, de rescatar la memoria de otros tiempos. Necesaria recopilación que muchos echábamos de menos. LNC le debía este libro y él se lo había ganado a pulso. He sido testigo de con cuánto mimo guarda cada lunes el ejemplar en el que aparecen sus textos, para que los disfruten sus nietos algún día. Cómo no va a estar ilusionado ahora al verlos reunidos en un libro. Me alegro mucho por él.

Son apenas tres muestras de su labor divulgadora y apasionada. Hay muchas más, claro. Las paredes de unos cuantos bares de Mansilla saben de sus versos y aforismos. Muchos son los recitales que organizó en el desaparecido Café Mansillés. El Museo Etnográfico Provincial se nutre en su blog con sus reportajes habituales. Siempre dispuesto, siempre en la brecha. El triunfo de la voluntad. Y he aquí la gran lección de TM: nada de un concepto de cultura encerrada, envasada o impartida desde arriba. Él quiere airearla, derramarla en la plaza, compartirla, acercarla a la gente.

Curiosamente, estos días hemos visto que el Museo del Prado ponía en marcha la experiencia que consiste en sacar sus cuadros a la calle, motivado por las circunstancias. Lo que TM consiguió hace nueve años en la villa, sin presumir de pionero. ¿Otra cultura es posible? Sí, sin duda. Pero hacen falta muchos Toño Morala más.
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