Todo para el día antes

Prácticamente todos hemos vivido esa situación en la que, tras tener semanas para preparar un examen, acabábamos poniendo a estudiar unos días antes y entonces, ¡sorpresa!, nos dábamos cuenta de que íbamos a ir pillados y terminábamos jugándonosla.

Una situación que, con la actual pandemia, vemos repetida en prácticamente todos los ámbitos hoy en día. Lo de marzo podía pillarte desprevenido, pero ahora vemos cómo sabiendo lo que te venía por delante, porque el miedo a septiembre-octubre estuvo siempre presente, a muchos les vuelve a pillar el toro por no hacer los deberes a tiempo.

El más inmediato y preocupante, el de cómo tratar la reapertura del curso escolar, de difícil solución hagas lo que hagas pero en el que es surrealista que sea un par de semanas antes cuando vayas a empezar a reunirte y establecer protocolos. En breve, a finales de septiembre, llegará el de saber qué hacer con los ERTE, que al final se decidirá otra vez dos o tres días antes de su finalización, que total al empresario y trabajador qué más le dará saber si van a seguir vigentes o no, ¡cotillas!

Y por el medio, en ese deporte que a veces se olvida que mueve también muchísimo dinero y puestos de trabajo, llegamos a las puertas del inicio de las diferentes competiciones sin que haya protocolos establecidos más allá de Primera y Segunda de fútbol, sin que los equipos sepan para planificar sus plantillas y hacer sus inversiones cuándo y cómo empezarán la liga, cuál será la forma de actuar en el día a día y ante posibles casos...

Un caos absoluto en un país que, por si aún había dudas, sólo responde si hay normas y castigos. Ese en el que, por mucho que hay que resaltar cómo se cumplen las normas en León con respecto a otras ciudades, suena a risa verque en una semana el número de multados por no usar la mascarilla sea una decena. Ese en el que en Madrid pueden juntarse 3.000 botarates a manifestarse sin guardar las medidas... y sin que les cojan la matrícula y dejen la receta correspondiente uno por uno.