Todo empieza siempre

07/09/2022
 Actualizado a 07/09/2022
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Llevo varios días, siete concretamente, leyendo sobre nuevos propósitos, tareas pendientes y deseos por cumplir.

Para las personas que dejamos las vacaciones ya hace un tiempo, el inicio de septiembre no ha supuesto más que arrancar la hoja en el calendario y «un día más es un día menos». Y no hablemos de lo que ha tenido que ser para aquellas que todavía no han salido de la oficina y esperan que todo se vacíe para ‘sprintar’ hacia sus vacaciones.

Sin embargo, el otro día me topé con una columna que hizo que me replanteara el cómo me enfrento a septiembre. Decía que este mes «es un nuevo comienzo, del mismo modo que lo es enero. ¿Por qué huir de los comienzos si no hay nada mejor? Si podemos comenzar el año dos veces, e intentar ser mejores dos veces, tendremos más posibilidades de lograr algo bueno».

Positivismos aparte, no tuve más remedio que darle una vuelta a cómo encarar este ‘año nuevo’ que se antoja especialmente diferente. Quizá no he sido capaz de verle el potencial a este mes porque no ha sido tanto un principio sino un final. Un punto y seguido, más bien, de muchos de los hábitos que tenía hasta ahora. Cambiar no es sencillo, ser consciente de que tiene que hacerse tampoco y verse con el cambio encima, mucho menos.

Por eso, lo que me pareció un texto edulcorado (como esta) al principio, luego se convirtió en un «bueno, vale, igual este septiembre sí que tiene que ir un poco de eso».

«Yo le pregunté como creía que iba a ser mi año: ‘¿Tú qué crees que va a pasar?’ y ella me respondió:‘Lo que tú quieras que pase’». Así terminaba la citada columna y así utilizaré la mía propia para dejar por escrito que ‘lo que quiero que pase’ a partir de ahora. Ya no tengo libros nuevos, pero sí algunos pendientes por leer; no voy a reecontrarme con las amigas del curso pasado, pero sí cuidaré a las de este; y aunque no haya viaje de fin de curso, prometo cobrarme todos los que tengo pendientes.

Todo empieza siempre, y este puede ser un buen momento para no huir de los comienzos. Y si fallo, podré volver a intentarlo en enero, ¿no?
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