"Todavía se me ponen los pelos de punta cuando recuerdo aquel gol"

Fue para regresar a la Segunda División B en la que prácticamente siempre ha estado en las últimas décadas, pero por la delicada situación que atravesaba el club, las consecuencias de no haber subido y por cómo fue (en el tiempo extra y con más de 2.000 leoneses copando un campo ajeno), el ascenso que provocó el gol de David Álvarez en San Gregorio frente al Universidad de Oviedo es inolvidable para los culturalistas más fieles.

Siete años después, a las puertas de que persigan otro ascenso la Cultural y él mismo, pues milita en el Barco que luchará por subir a Segunda B, el mediapunta berciano recuerda un día y un momento inolvidables.

«Cuando te imaginas lo que pueda pasar piensas en conseguir ascender, da igual jugando bien o mal, y por supuesto no crees que vayas a marcar tú y en la prórroga, pero tuve la suerte de coger aquella jugada y... mira, todavía ahora al recordar aquello se me ponen los pelos de punta», asegura David Álvarez, apuntando que «fue tal alegría y emoción... Es que yo no recuerdo ni ver entrar el gol, sólo el salir a gritar, celebrar y abrazarme a los compañeros. Lo que no se me olvida es el ir corriendo en dirección al banquillo y de repente ver venir a miles de aficionados. ¡Qué imagen! Es que parecía un gol de oro y quedaban cinco minutos, pero fue una sensación increíble, con gente luego llorando... son recuerdos imborrables».

«Con la Ponferradina estoy a muerte, pero aprecio mucho a la Cultural y me alegro de todo lo bueno que le pasa» Aunque, como le sucederá a la Cultural si logra repetir éxito la próxima semana, la final será sólo el broche de oro a un largo camino que, en el caso de la vuelta a Segunda B, David tiene claro que tuvo otro momento álgido: «El de Mancha Real, sin duda, fue el partido más duro de los seis de ‘playoff’. Me acuerdo del golazo de Raúl Torres, de lo que sufrimos al final incluida una jugada que ya cantaban gol y salvó Dani Hedrera, de la encerrona que fue aquello con un campo pequeñísimo y entrada común a vestuarios que ahora lo recuerdas con alegría porque conseguiste ascender, pero de aquella era en plan ‘madre mía a ver qué pasa aquí’».

Lo que pasó fue que se culminó el ascenso de un grupo «que nos unimos y con el que sigo teniendo bastante relación, hace poco hablamos del día de Lermeño, que llegaba el barro por las rodillas y ganamos con gol de Édgar en el descuento, que nos tiramos a celebrarlo con Negral untándonos la cara entera con el barro».

«Estoy orgulloso de haber puesto mi piedrita para lo que es ahora el club y estar en un trocito de su historia» Por ello, aunque David Álvarez es berciano de nacimiento y formado en la Ponferradina, afirma que «la rivalidad está ahí y a mí me hubiera gustado jugar más en la Ponferradina, porque le debo muchísimo, es el equipo de mi ciudad y estoy a muerte con ellos, pero la Cultural fue muy importante en mi carrera y estoy encantado de estar allí, le aprecio mucho y me alegro de todo lo bueno que le pase, me alegra que en un trocito de su historia esté mi nombre».

Eso sí, mirándola ahora siete años después resalta «el cambio radical que ha pegado. De aquella había muchos problemas de los que intentabas evadirte para estar centrado pero que al final escuchabas y te enterabas de que igual aunque subieras no podías ascender, y ahora es un equipo potente y consolidado económicamente. Estoy orgulloso de haber puesto mi pequeña piedrita para dar ese paso».

¿La clave para dar otro salto hacia adelante la próxima semana? La ve «en controlar el exceso de nerviosismo que he visto en algunos compañeros en los ‘playoff’. Sí, te lo juegas todo en dos o tres partidos, pero no te va a dar un plus, debes estar tranquilo, dar el 150% y luego tener esa pizca de suerte que hace falta en ‘playoff’ y que por ejemplo nosotros sí tuvimos».