Todas las vidas es la vida

09/10/2019
 Actualizado a 09/10/2019
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Todas las buenas fotos podrían ser una biografía, una novela o, cuando menos, una sugerencia con la puerta abierta a ser una historia. Todas las vidas es la vida y dicho está que no hay mejor novela que tu propia biografía. Recorriendo casas y pueblos compruebas que en cada casa hay una novela y que cada pueblo es el mundo; como contó el gran Torga cuando escribió que «lo universal no es más que lo local sin fronteras».

¿Y ahora que está vaciando, más bien exterminando, lo local quiere decir que lo universal también ha abierto la espita de su propio exterminio?

Todas las buenas fotos pueden ser una historia. Cuando quieres contar algo le sueles preguntar a la concurrencia aquello que se le atribuye al cura sabio González de Lama cuando iba a iniciar las clases: «¿de qué queréis que hablemos hoy?».

Ahí tienes la respuesta, sin ir más lejos: abalorios, camisas blancas de bonito, la vieja raqueta de madera que tantas horas tiene hechas en el frontón del pueblo, allí donde ahora se cobija del sol o el viento su dueño para las largas conversaciones de las mañanas de los jubilados...

Y en el espejo donde tantas veces se miraron las gentes de la casa se dibuja el mundo de Torga con una torre que nos recuerda una de tantas cosas que hemos abandonado y una cigüeña que nos recuerda a quien ella no nos ha abandonado nunca a nosotros, cada año regresa, cada año son más, cada año vigilan más lugares, cada año limpian más tierras y praderas... pero sólo las convertimos en noticia cuando el peso de su nido amenaza los bienes de la Santa Madre...

Ya sé que con algo no estás de acuerdo, es que sólo se trataba de abrir la puerta a una historia. Entra.
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