Todas las decisiones

Si algo está dejando claro la pandemia del coronavirus es que todas las decisiones importan. Hasta ahora, muchos ciudadanos vivían la política desde la distancia, como quien contempla la última serie de moda, en un espacio difuso entre la realidad y la ficción. Pero el coronavirus ha tensado las costuras políticas y sociales, de momento, y ha destruido las económicas. Ahora es cuando se están viendo las fortalezas, o más bien las debilidades, de un sistema autonómico siempre criticado y nunca mejorado, más allá de las transferencias de competencias que sólo se preocupan del presupuesto sin querer llegar al fondo de los problemas. Estamos ahora pagando el precio de haber pasado años de ningunear a los investigadores, a los profesores, a los médicos, el desmantelamiento de la atención primaria, la privatización de la sanidad en Madrid. Ahora, también, estamos viendo con más claridad que nunca los problemas que genera un sistema tan centralista como el español, que únicamente sabe crear otros centralismos paralelos al capitalino, como bien estamos comprobando en León. Y, cuando se puede comprobar que todas las decisiones son importantes, es el momento en que podemos medir la calidad de nuestra clase política, que queda al descubierto a todos los niveles. Por eso, deberíamos aprender, entre otras, la importancia de la decisión de nuestro próximo voto.