28/01/2023
 Actualizado a 28/01/2023
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Días de manto blanco que reconfigura el paisaje. En la carretera, de madrugada, coches aislados se cruzan con gentes que acuden a sus trabajos. Uno de ellos cruza el umbral del vacío amanecer. En su interior, varias voces crepitan quejas lamentándose por las condiciones adversas que ha traído aparejado lo que consideran su funesto destino. Temen resbalones que les precipiten a la cuneta, bailes inesperados al tomar las curvas que alteren las trayectorias de sus automóviles. Les va en el sueldo jugarse el tipo ¿o no? En el cristal delantero, el limpiaparabrisas hace bailar un pertinaz pedazo de nieve al compás de sus rítmicas batidas. Es el superviviente de la manta nívea que minutos antes algodonaba el exterior del vehículo. Nos acompaña todo el camino sin que el incesante trajín de las concienzudas escobillas logre zafarse de su presencia. Uno de los ocupantes del vehículo acompaña con sus ojos el recurrente movimiento circular del gajo que deja una estela de agua sobre el cristal. De pronto, una de las embestidas del limpia consigue zafarse del intruso helado. El ocupante suspira aliviado exclamando:¡Por fin! Me daba TOC.

TOC: Trastorno Obsesivo Compulsivo. Según el DSM 5 Manual Diagnostico y Estadístico de la Asociación Psiquiátrica Americana (APA) que contiene descripciones, síntomas y otros criterios para diagnosticar trastornos mentales, los individuos que cursan (TOC) se caracterizan por ser extremadamente ordenados, limpios, puntuales, perfeccionistas y meticulosos. Presentan inflexibilidad y son tendentes a presentar pensamientos recurrentes u obsesiones que les llevan al centrifugado constante de los mismos temas (a menudo recrearse en su desgracia pensando que es la única persona del mundo a la que le asaltan los problemas) y rituales (compulsiones) o conductas reiteradas como recontar indefinidamente el mismo suceso que ya aconteció hace mucho tiempo.

Obsesión porque la maligna nieve deje de perturbar sus diseñadas vidas uniformes, por zafarse del blanco inmaculado que alivia los montes aún marcados por el recuerdo de los fuegos estivales , obsesión por conspirar contra lo inesperado mientras te pierdes la madrugada que enciende la jornada, por perpetuar la nieve como único punto del día . Ese TOC del que sigue centrifugando sus desdichas , empeñado en pedirle al invierno que deje de serlo, que se modere el enero y se disfrace de septiembre cálido, obsesión porque muera el rastro de agua que purifica el cristal. Por repintar la vida a nuestra medida. El cambio climático es otra historia. TOC TOC ¿hay alguien ahí, o esto se ha quedado vacío de cordura?
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