El berciano fue profeta en su tierra. En el camino hacia la gloria se encontraba un auténtico ‘hueso’, el turco Vedat Uruk, líder del ranking mundial y uno de los hombres fuertes del panorama internacional, pero El Toralín no entendió ni de favoritismos ni de palmarés.
Lejos de pesarle la presión, Macías se creció ante su público. Sin embargo, el berciano conjugó corazón y cabeza. El planteamiento fue perfecto, una estrategia impecable estudiada al milímetro. Consciente del peligro del turco a los puntos, el primer asalto fue un estudio del rival, unos minutos de tanteo que eso sí, aprovechó para conectar algunos buenos golpes y obligar al turco a buscar la ofensiva para no perder a los jueces.
La ‘guerra’ comenzó en el segundo asalto. El berciano tomo rápidamente a la iniciativa y no dejo respirar al turco, que salvo un par de buenos golpes en los últimos segundos, veía como el cinturón se escapaba.
No hubo margen a la remontada. Macías, infinitamente superior en el apartado físico y extra motivado por la posibilidad de proclamarse campeón en casa, a punto estaba de mandar a la lona a un Vedat Uruk que resistió el tirón y se lo jugó todo a un ataque desesperado en los últimos compases del combate que el berciano resistió con autoridad para llevarse el título por decisión unánime de los jueces.
Sin doblete
El Toralín estuvo muy cerca de celebrar un doblete histórico. Con el campeonato de Europa de menos de 58 kilos adornando ya la cintura de Tito Macías, Cristian Torres saltó al cuadrilátero en busca del título de menos de 75 kilos ante el francés Bakari Tounkara.
El de Cuatrovientos, una de las promesas del panorama nacional (24 años) no logró sorprender al galo, que mantuvo siempre la distancia para aprovechar su envergadura y dejar a Torres sin la posibilidad de boxear.
A pesar de la férrea defensa del campeón, en el tercer asalto el berciano consiguió conectar un par de directos que hacían tambalear al campeón, que sufrió, pero logró resistir la ofensiva final para retener el título por el descuerdo de los jueces.