Tino y las personas que dejan huella

Hay personas en el mundo del deporte que quizá no hayan sido grandes figuras nacionales o internacionales, pero que dejan huella en mucha más gente que cualquiera de ellas.

Son aquellas que dirigen los destinos del fútbol base, por cuyas manos pasan multitud de chavales y generaciones, a los que marcan en edades importantes y a los que siempre tiendes a recordar con especial cariño.

Hace menos de dos meses, cuando falleció Quijada, veías las redes sociales que ahora magnifican todos esos sucesos y salían cientos de personas que habían pasado por el Puente Castro rememorando los recuerdos y anécdotas que compartieron con él.

En mi caso, que pasé de benjamines a juveniles en el León Club de Fútbol, recuerdo a gente que ya nos ha dejado como Mateo que lo presidió, como Portomeñe al que no es posible definir con una labor porque era quien hacía de todo o como Mauro, uno de esos entrenadores que caló en cientos y cientos de jóvenes.

Tino, que era como todos le conocíamos porque lo de Vicente García queda para la seriedad de los medios, no era un referente para los de un club en concreto, sino que lo era para todos.

Para la gente que jugaba, más aún si de forma habitual lo hacía en Azadinos, donde yo pasé muchísimos fines de semana, era esa persona que daba igual el día o la hora en la que jugases, que siempre iba a estar allí, abriendo o cerrando, echando una mano o conversando, con una palabra de aliento o un consejo en la boca, dispuesto a conversar con los chicos que iban a jugar, los entrenadores que les llevaban o los padres que acudían a verles.

Para la gente que llevaba los clubes, era el respaldo en el que siempre podías apoyarte o buscar ayuda. Cuando estás en un puesto de responsabilidad como él estaba, sea cual sea, es casi inevitable cabrear a gente, porque debes tomar decisiones. Y sin embargo, con Tino era casi un milagro encontrar a quien hablara mal de él. Es lo que tenía ser un currante en toda regla que se desvivió por el fútbol leonés. Ser una de esas personas cuyo legado siempre permanecerá.