Tiempos de mucho achusmar

03/10/2017
 Actualizado a 10/09/2019
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Creo que fue el gran Trapi quien lo dijo –y si no, seguro que lo pensó– aquello de que «un leonés es un paisano con boina achusmando desde detrás de la sebe».

Lo era, al menos cuando los leoneses traían boina, cuando por los andurriales había sebes porque alguien las levantaba en primavera si los rigores del invierno las habían obligado a practicar el cuerpo a tierra, y cuando los que achusmaban después tenían la valentía de disparar en el bar los resultados de las guardias detrás de la sebe, achusmando.

Ya sé que se montaba la tremolina, pero ahí estaba la gracia del achusmar, que nadie espía para guardar secretos en la faltriquera.

Ahora, sin embargo, siguen los tiempos de achusmar, desde esas sebes que dan paso a las inmensas praderas de Internet o al reino del tío Google y los digitales de cotilleos sobre «lo habido y por haber».

Pero después nadie dispara en la taberna. Nadie opina lo incómodo. Es mejor cargarse de firmas falsas y sembrar el mundo de rollos macabeos, de historias truculentas.

Han matado a los sabios de la tribu, aquellos para los que todo el mundo miraba buscando una palabra cuando se disparaba con las balas de lo achusmado detrás de cualquier sebe.

La transición de la boina al sombrero está siendo jodida.
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