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Tiempos cambiantes

12/06/2021
 Actualizado a 12/06/2021
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Últimamente están viendo la luz composiciones musicales de muchas creadoras mujeres, tanto contemporáneas como más antiguas. Hay que decir que ya era hora de disfrutar, por ejemplo, de ‘Changing times’ de Heather Hammond, bellísima pieza para piano que comienza como un vals melancólico pero que evoluciona inesperadamente a un alegre jazz. Su título es síntesis.

Todo tiempo es cambiante, la mutabilidad es una propiedad implícita del concepto ‘tiempo’ y eso ya lo descubrió en Grecia Parménides en su metáfora del río. El agua no se estanca, fluye constante pero distinta. El problema surge cuando la sociedad no se adapta al cambio requerido al ritmo que la vida propone. Evidentemente el siglo XXI trae consigo sus propias revoluciones, más pacíficas y tranquilas aparentemente, pero con sus propios triunfadores y sus víctimas; sin embargo, a pesar de que los ciudadanos han decidido variar sus costumbres, los gobiernos no son capaces de cambiar el modelo productivo aun sabiendo que el que pretenden mantener no funcionará por mucho tiempo más.

Bien está que volvamos a inyectarle swing al sector turístico, pero solamente esto no nos salvará. Nos dijeron que ‘los ricos’ pagarían más impuestos, pero al final los pagamos los de siempre porque quien tiene el poder tiene también el atajo. Y así estamos, asfixiados, con una factura de la luz desorbitada en la que casi el 30 % de lo que pagamos son impuestos, una de las más altas de la UE. Una cesta de la compra en la que los productos básicos no paran de subir. No me digan que no llevan notándolo al menos un par de semanas. Por eso no es de extrañar que la universidad empiece a dejar de ser una opción, que los jóvenes piensen en irse de España cada vez más pronto. Y si eso ocurre con efecto general y mantenido, no hay que ser ningún experto para pronosticar que el sistema se derrumbará a medio plazo, porque no habrá a quien recaudar para sostenernos.
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