19/10/2017
 Actualizado a 07/09/2019
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Estoy asustado y descorazonado con lo delos incendios en Galicia, en Asturias, en el Bierzo y en Portugal. ¿Qués es lo que está ocurriendo?, ¿nos hemos vuelto todos locos de atar? A los autores deberían buscarlos, enjuiciarlos y meterlos en la cárcel con la mayor rapidez. Uno desde niño escuchó, muy a mi pesar, la palabra ‘terrorismo’ demasiadas veces. Esto que ha ocurrido estos días es un claro ejemplo de terrorismo en su versión ‘eco’. Ecoterrorismo..., que mal suena. Nos estamos cargando el planeta por la cara desde hace muchos años, ya siglos, desde que comenzó la primera revolución industrial; y no hemos parado. Las consecuencias ya las sabéis todos, es menester recordar lo del calentamiento global, lo del efecto invernadero, lo de la contaminación de las aguas con basura, plásticos y derivados del petroleo. Ya cansan. Pero están ahí. Cada vez más calor, menos lluvia y menos nieve, episodios cada vez más frecuentes de borrascas devastadoras, huracanes, tifones...

La idea, desde el principio de los tiempos, es que la generación anterior dejase a la siguiente un mundo mejor que el que ellos recibieron; eso era antes; ahora, por desgracia, les vamos a dejar un mundo infinitamente peor. Porque lo más importante, (la comida y la bendita agua), nacen, más que nos pese, de la naturaleza y la estamos destruyendo. Y todavía tenemos que soportar a los imbéciles de los americanos, de los chinos y demás países en desarrollo incontrolado, cuando nos intentan convencer de que todo lo que está pasando es algo que siempre ha sucedido en la historia, que la mano del hombre nada tiene que ver. Hipócritas... La mano del hombre, con la naturaleza, es la misma que la que mecía la cuna de la niña de la película, una mala mano en el cuerpo de una depravada.

A la hora que estoy escribiendo estas líneas, van cuatro muertos en Galicia y treinta y ocho en Portugal. Es una tragedia, mejor dicho, son cuarenta y dos tragedias individuales y una gran tragedia colectiva. Estos árboles que han ardido, prendidos por un desalmado, no volverán a crecer. Están muertos y los que se planten para sustituirlos tardarán décadas en alcanzar la altura y la viveza de los que han caído.

Mucha culpa de lo que ocurrido la tiene el Gobierno. Todos los gobiernos que desde Franco han subvencionado la plantación de eucaliptos y de pinos en unas regiones en las que no había. Los árboles que crecían en esas tierras eran robles, sobre todo, y castaños, tejos, servales, hayas y los típicos de los ríos: chopo, fresno, paleras... Pero estos tardan mucho en crecer. Y los pinos y los eucaliptos mucho menos, por lo que el negocio estaba claro. Además están los aldeanos, y lo digo con toda la carga peyorativa que tiene la peor acepción de la palabra. Para conseguir pastos, desde lo más remoto de la historia, se quemaban los bosques para que naciera la hierba. Supongo que esta es la excusa que utilizan estos terroristas con boina para quemaros. Pero no están solos. Es tal la magnitud de los incendios que tiene que existir por fuerza una trama que no sé, pero me lo imagino, lo que pretende provocando este cataclismo. Supongo que en el fondo están temas como la recalificación del suelo y otras zarandajas similares. En cualquier caso, algo muy grave porque a muerto gente y es inadmisible.

Pero no os preocupéis... Será noticia de portada en el telediario un día, como mucho. Y a la semana nadie, menos los que lo han sufrido, se acordarán de lo ocurrido. Es mucho más importante dedicar  horas y horas a lo de la independencia, o casi, de Cataluña. Que les den y lo digo muy en serio. ¿Que importa a la gente corriente, a la misma que ha sufrido los terribles recortes en sus sueldos, que ha visto como perdían, muchas más veces de las debidas, sus casas o sus negocios, que ven como tienen que esperar más de tres y cuatro meses para que les atiendan en el hospital por falta de personal, que dudan si van a poder cobrar algún día su pensión, que están hasta la gorra de comer pescado congelado porque no se pueden permitir el lujo de comprarlo fresco, que tienen que pagar una barbaridad de su sueldo para comprar, todos los septiembres, los libros de sus hijos, que soportan en sus carnes la estupidez de los que les gobiernan un día sí y otro también, que cuando van al banco para pedir un crédito miserable lo hacen acojonados, como si fueran a confesarse con un cura pre conciliar, esos mismos que, ahora, al asomarse a su ventana, ven quemado y destruido el bosque que tenían delante de su casa, la independencia de Cataluña? Nada. Como dijo el adalid de libertades patrias: «se la suda».

Salud y anarquía.
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