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Teorías de conspiraciones

23/12/2019
 Actualizado a 23/12/2019
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Toda la vida hemos convivido con tramas y conspiraciones que se alimentan con el buen hacer a la hora de novelar de unos, la ignorancia de otros y la simple casualidad que lleva a muchos a pensar que tal vez haya algo de cierto. Porque la vieja idea de que los poderes engañan a la ciudadanía, la mezcla entre el escepticismo y ingenuidad o la necesidad de buscar una segunda o un ciento de maneras de ver la realidad son la combinación perfecta para que surjan conspiraciones.

Desde el mito de que la tierra es plana y nos lo ocultan por intereses hasta que en su día RTVE compró votos de los jurados para que Massiel ganara Eurovisión o lo de que el hombre nunca pisó la luna, pasando por el chisme de que los productores de petróleo conspiran contra el motor de agua y otras muchas historias, la lotería tampoco se escapa de las teorías conspiratorias que generalmente tienen bastante éxito.

Ayer surgió una historia que durante los próximos meses va a dar bastante de qué hablar, especialmente entre quienes compraron números para el sorteo que no coincidieron con los que salieron del bombo; unos vídeos que si no los ha visto lo hará cientos de veces en las redes sociales y cada año a medida que se acerque el 22 de diciembre volverán a ponerse de moda por aquello de los contenidos de recuerdo.

Uno de los vídeos en cuestión muestra a un funcionario de Loterías introduciendo disimuladamente algo en el bombo de los números antes de iniciarse el sorteo y cuando han empezado a descender las cien mil bolas de los números por un cuello transparente. ¿Qué metería ese hombre en el bombo? ¿Con qué intención? Eso está mal hecho, porque aunque fuera una de las bolas que se cayó y la introdujo para que también entrara en el sorteo, la maniobra no fue la más acertada; porque a pesar del reglamento, las sospechas ya están ahí.

Se me acaba el espacio y no puedo contarle comentarios que leí y oíayer, pero menos mal que las teorías de alguno son conversaciones de barra de bar, que si no estábamos apañados. Piense que con la lotería siempre gana la casa. Ah, y lo de repetir el sorteo porque la sombra del tongo planee el asunto me da la risa.
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