jorge-frances.jpg

Tenemos que hablar

07/07/2022
 Actualizado a 07/07/2022
Guardar
Tenemos que hablar le ha dicho Yolanda Díaz a Pedro Sánchez tras la partida extra para gastos militares igual que le dijo lo mismo Alfonso Fernández Mañueco a Juan García Gallardo cuando espetó aquella ocurrencia de la ‘hipersexualización’ de la sociedad como causa de la despoblación del mundo rural. En esto consiste un gobierno de coalición, al menos en nuestro país, en ir superando a duras penas las discusiones. Son parejas siempre en crisis, con más disputas que reconciliaciones, de esas que andan a diario arrojándose advertencias como platos de la vajilla buena en las películas antiguas. Este tipo de parejas que a veces no discuten solo por darse una tregua, que aburren a los amigos y que si finalmente hay ruptura nadie lo espera porque dan por hecho que se habían acomodado en la pelea.

Sin embargo, esto de los gobiernos que se reúnen con sí mismos de forma contaste tiene una pizca de cómico y mucho de dramático. Porque un gobierno debatiendo consigo no es más que un monólogo en el que se hace y contesta las preguntas. Y un gobierno enfrascado en su monólogo como única fórmula de supervivencia política es un ejecutivo sordo y encapsulado en una nube de tormenta perpetua. No le pidan a sus gobernantes que pisen la calle, que escuchen a la oposición, que se empapen de esa realidad que deja a los lados el coche oficial si deben dedicar gran parte del tiempo a lavar trapos sucios y a limar asperezas. Hablan y hablan tanto que parece que fueran a terapia matrimonial con un psicólogo argentino del barrio de Salamanca.

«Somos dos partidos diferentes y es normal que tengamos visiones distintas de algunas cosas» repiten los portavoces de La Moncloa y de la Junta semanalmente para saltar las brasas de la última polémica. El peligro es que acordar cada acción de gobierno les enreda tanto que sucede aquello que decía el genial Quino a través de la irónica Mafalda: «Como siempre, lo urgente no deja tiempo para lo importante».
Lo más leído