07/02/2019
 Actualizado a 09/09/2019
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Mientras fue necesidad nada sabíamos de su importancia. Cuándo se convirtió en pasatiempo y ocio pasó a formar parte de todo aquello que se somete al análisis estadístico. Ellos, los que la practican, tienen la sensación de que la tendencia de capturas es a la baja, mientras que analizados los datos de los que dispone la administración, al menos en los últimos diez años, la tendencia mostrada es de un claro y marcado ascenso. Ni una sola de las especies sometidas al control cinegético en la provincia de León ha visto mermada la presión de caza, muy al contrario, cada día tienen mayor dificultad para encontrar escondite o incluso para verse libres de los ataques químicos derivados del uso y abuso de abonos y fitosanitarios agresivos con el medio y con sus habitantes.

Yo no la entiendo, nunca la he entendido, aunque acepto que bien pudiera ser yo quién estuviera equivocado. No considero la caza como parte del ocio ni mucho menos del deporte. Busquémosle otro adjetivo, pero no el deportivo. Justifíquese su existencia, si así se quiere, en los aportes económicos que suponen para algunos territorios. Los números no se discuten, como mucho se analizan, y si muestran que las economías rurales se benefician, todos a callar, si acaso. Pero olvídense de alabar los, supuestos, beneficios ambientales. No son reales, no son más que el maquillaje que oculta las razones verdaderas. Hay quien encuentra placer en apuntar con arma de fuego a un animal, y lo que es aun más sorprendente al menos para mi, encuentra placer en disparar y abatir a uno de esos animales. Allá ellos. Quienes la justifican como control zoosanitario y eliminación de los ejemplares más débiles, bien harían de dejar esa labor en manos de profesionales.

Tan aberrante me parece esta actividad como que la misma esté colgada administrativamente de los servicios de medio ambiente territoriales. Me pregunto para cuando se incluirán en los mismos servicios el arrancar las patatas con azada y que tal ejercicio pase a tener la denominación de deporte rural a proteger.
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