Tendal planta cara a la grafiosis de los negrillos

Tendal de la Sobarriba, una tierra donde se ‘cultivan’ las tradiciones, quiere rebelarse contra la evidencia de que los negrillos han desaparecido de nuestros pueblos víctimas de la grafiosis y su Junta Vecinal ha iniciado la plantación de una especie de negrillos resistentes a esta letal enfermedad y que les ha donado la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación

Fulgencio Fernández
28/12/2020
 Actualizado a 28/12/2020
Vecinos de Tendal realizaron los trabajos de plantar estos siete negrillos resistentes a la enfermedad de la grafiosis. | JV TENDAL
Vecinos de Tendal realizaron los trabajos de plantar estos siete negrillos resistentes a la enfermedad de la grafiosis. | JV TENDAL
En la Sobarriba conservar las tradiciones y los bienes materiales e inmateriales de nuestra cultura y naturaleza es ‘casi’ una religión. Desde la lucha leonesa a los pendones, las canciones y las procesiones, los toques de campana o sus árboles... y entre ellos estaban aquellos negrillos que han desaparecido de nuestro horizonte provincial, víctimas de una enfermedad devastadora llamada grafiosis, la misma bajo cuyas garras murieron símbolos como el negrillón de Boñar o Velilla de la Reina, convertidos en esculturas.

En la Sobarriba tenía que nacer la rebelión contra esta realidad; concretamente en Tendal y capitaneada por su Junta Vecinal, que preside Andrés Manuel Gómez, un antiguo luchador al que apodaban ‘El Tanque’ porque nada se le ponía por delante.

La historia ha comenzado con la plantación de siete negrillos, el pasado 21 de diciembre, que son resistentes a la grafiosis y han sido donados a la pedanía por la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación, perteneciente al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

- No tenemos un duro, pero ganas todas las del mundo; explica Andrés Manuel Gómez, que como presidente solicitó estos siete ejemplares. Él mismo fue a recoger los ejemplares donados al Centro Nacional de Recursos Genéticos Forestales en La Granja (Segovia) y la posterior participación de los vecinos en la plantación, hicieron posible parte de esta historia, con un final feliz pero que «no termina aquí», explican: «Como el olmo (Ulmus Minor), conocido en esta provincia como negrillo, resistente a la grafiosis, ha sido reintroducido en la comarca de la Sobarriba. Estos ejemplares serán sometidos a un seguimiento por parte del Centro Nacional de Recursos Geneticos Forestales, para estudiar su adaptación y evolución», por lo que estos siete ejemplares —plantados en el entorno de la iglesia y el parque que lleva el nombre de otro ilustre luchador del pueblo, Clemente Fuertes, El Junco de Tendal— se convierten en una especie de laboratorio de pruebas para combatir la grafiosis.

Esta esperanza ha sido posible, una vez más, gracias a la investigación y la ciencia. Desde la Junta Vecinal de Tendal explican que «la solución de un problema arrastrado desde hace más de cincuenta años ha sido posiblemediante la selección de ejemplares resistentes a la grafiosis y clones sometidos a procesos de mejora genética, se ha llegado a la obtención de ejemplares resistentes a la grafiosis. Finalmente el Proyecto LIFE+OLMO (2014-2018) ha sido llevado a cabo en la Escuela de Ingenieros de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid».

Recuerdan desde la Junta Vecinal de Tendal que la grafiosis fue una letal enfermedad que acabó con los negrillos, muchos de ellos símbolos de sus pueblos, como se ha apuntado, y además uno de los árboles más arraigados en tierras leonesas. «Por casi todos es conocido el fatal desenlace de los negrillos de la Península, y del resto de Europa. Los olmos han sido víctima de un hongo transportado en las patas de algunos insectos coleópteros, que se desarrolla en el interior de los olmos, este hongo bloquea el transporte de la sabia, secando de forma fulminante a los ejemplares, antes de cumplir tres o cuatro años. Esta enfermedad conocida como grafiosis comienza a extenderse en el año 1932, fruto del transporte indiscriminado de madera, y fue en los años 80 cuando se extendió como una pandemia podríamos decir, o plaga, sin solución, y acabando con la vida de la mayoría de los olmos».
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