Templar el trueno de armas y explosivos

La Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil cumple 35 años de vida

D.L. Mirantes
20/07/2021
 Actualizado a 20/07/2021
El teniente José Blanco Diez, responsable de la Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil de León. | SAÚL ARÉN
El teniente José Blanco Diez, responsable de la Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil de León. | SAÚL ARÉN
La Guardia Civil tiene la misión especial de velar por las personas desde 1844. Entre todos los desafíos que engloba esa misión se cuenta el evitar el tráfico y la tenencia de armas. Más de siglo y medio tratando de cumplir la tarea encomendada por su fundador, el duque de Ahumada, que dispuso en la Cartilla fundacional que «vigilará la Guardia Civil que nadie ande con armas por los caminos, despoblados ni otra parte alguna sin la correspondiente licencia para usarla».

La misión se mantiene vigente, pero los medios dispuestos para ello han evolucionado notablemente. La Ley Orgánica 2/1986 de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en su artículo 12, estableció que el Instituto Armado tiene la competencia exclusiva en las materias derivadas de la legislación sobre armas y explosivos. Meses más tarde, el 19 de julio como el de ayer, el Boletín Oficial del Cuerpo publicaba la especialidad de Intervención de Armas y Explosivos, que cumple 35 años de servicio.

Se trata de la única competencia en materia de seguridad que no está delegada en las comunidades autónomas. Un trabajo tan crítico como «silencio y abnegado», según destaca el teniente José Blanco Diez, responsable de la especialidad en la provincia. El departamento que dirige está compuesto por 34 agentes que cubren toda vida del armao explosivo: Fabricación, importación, exportación, distribución, comercio, tenencia y uso. Es decir, la Benemérita supervisa desde escopetas hasta ballestas, pasando por cartuchos o proyectiles de 300 kilos, hasta llegar a los artificios pirotécnicos de un teatro o las cargas de una cantera. De hecho, como destaca el teniente Blanco, «León destaca en el uso de explosivos» por varios motivos, como la utilización general de esta «herramienta» en minas de carbón y pizarra y la existencia de dos fábricas, Orica en Valderas y Maxam en Fabero, dos depósitos comerciales, EPC en Boñar y Excopesa en Villacil, además de tres empresas distribuidoras. A ellos se suman un taller de montaje pirotécnico, Pibierzo, tres establecimientos de venta de artificios y 47 establecimientos autorizados, que se inspeccionan, todos ellos, semestralmente. En cuanto al transporte, en el 2019 se realizaron 152 inspecciones, entre ellas las realizadas a 87 a voladuras y a 56 depósitos auxiliares (hasta 50 kilos). Si el manejo es intensivo, también son «potentes» los recursos que tiene el Cuerpo en León para su misión, ya que cuenta con dos equipos de inspección.

León lidera la tenencia de armas en la comunidad con 31.000 licencias y 52.000 armas registradasEn cuanto al uso de armas, León es la provincia de la comunidad con más licencias de la comunidad, con 31.000 permisos y 52.000 armas. Además, están en funcionamiento 11 armerías, ocho de las cuales también operan como taller, y otras ocho están autorizadas para la venta de instrumentos de aire comprimido. A ello se suman los 27 campos de tiro y los millones de cartuchos y de cartuchería metálica que mueven ExcopesaNobel Sport al año, junto con cientos de armas. A pesar de estas cifras colosales, el teniente Blanco insiste en que «todo que suene a armas pasa por aquí», lo que engloba desde la supervisión de la recreación histórica ‘3 Naciones’ de Astorga hasta la tirada al plato de las fiestas patronales de cualquier pueblo. Otro ejemplo de la intervención de la Guardia Civil fue la retirada de las armas de los agentes medioambientales.

Todas estas cifras tienen un impacto directo en la sociedad y por ello, como recuerda el teniente Blanco, la presencia de la Guardia Civil en la calle, ante los ciudadanos, es fundamental. La especialidad de Intervención de Armas y Explosivos cuenta en León con la oficina de la Comandancia de la capital, Ponferrada, Astorga, Villablino y Valencia de Don Juan (exclusiva para explosivos). A ellas se suma la oficina móvil, que en 2019 realizó 50 salidas a los ocho puntos de atención. Este servicio, suspendido por la pandemia, se reactivará la segunda quincena de septiembre.

Son servicios «modernos y de alto nivel administrativos, imbricados en la sociedad», en palabras del responsable de la especialidad en León. El teniente Blanco destaca que España es un país «de referencia» a nivel internacional en el control de armamento y explosivos y en la detección y posterior gestión del tráfico ilícito. Este liderazgo se explica en su base porque «en España no hay derecho a tener un arma», sino que su posesión está supeditada a una actividad que se debe demostrar y que periódicamente es revisada. En este contexto, el teniente Blanco destaca el trabajo de la Guardia Civil en el Punto Focal Nacional de Armas y, a nivel europeo, la labor del España en el Sistema de Control de Explosivos para la Prevención y Lucha contra el Terrorismo (Scepylt), que se encargó de armonizar la normativa. Un trabajo que «no tiene publicidad», como enfatiza el mando leonés, pero que es fundamental para la sociedad europea, especialmente desde los atentados del 11-M.

 En ese trabajo, la comandancia de León también tiene un papel destacado, no solo por el volumen de trabajo que diariamente saca adelante, sino también por su inspiración para interceptar armas prohibidas. En 2012 se detectaron en León los primeros bolsos cuyo asa era un puño americano, un arma prohibida. Se elevó la solicitud de información y tras la investigación se llegaron a destruir 280 unidades en la provincia leonesa, muchos cientos más en toda España.

Teniente José Blanco: "Todo lo que suene a armas pasa por aquí", desde una tirada al plato hasta una recreación La retirada de la circulación de las armas es otra de las partes de la misión del Instituto Armado. Una vez que concluye la tenencia legal, la Benemérita se hace cargo del depósito y si no son vendidas en una subasta se destruyen junto con las incautadas. La fundición se realiza en un alto horno dos veces al año. En León se han destruido 1.250 armas, 5.700 en la comunidad.

Hasta ahora las que no se achatarraban se subastaban, pero en el mes de noviembre tendrá lugar la última subasta de armas en León. Un cambio más que muestra como a lo largo de estos 35 años «la especialidad ha ido adaptándose a las exigencias normativas y sociales». Retos anteriores fueron lograr el trabajo con cero papel gracias a la adaptación a la Sede Electrónica, lo que supuso «más limpieza y eficiencia». Una optimización de los recursos disponibles que ha permitido multiplicar por cinco la presencia de los agentes de la especialidad sobre el terreno.

En estos 35 años de vida de la Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil ha cumplido con una misión tan vital como callada. Diligencia y silencio ante el trueno de armas, munición y explosivos.
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