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Tecleando el año (Antojario 2014)

03/01/2015
 Actualizado a 12/09/2019
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El ‘Antojario 2014’, (para los de la Logse de Antojano y anuario) podría ser una recopilación de los artículos de opinión que he sacado en mi blog, El Antonajo, y también, por supuesto, en La Nueva Crónica durante este año que se ha ido casi igual que llegó, con más pena que gloria. Ahí dejo la idea, con un par y mucho morro, para interesados editores.

Con un puñado de letras junto a otras e intentado contar, de forma intencionadamente diferente, la realidad de los últimos 12 meses. Una actualidad, eso sí, muy personal, por lo tanto no se extrañen ustedes si en esta supuesta y futurible recopilación de historias les falta alguna sobresaliente durante las 54 semanas que acaban de transcurrir.

En mi faceta profesional tengo, debo y quiero contar las noticias con la máxima objetividad que me permitan, a pesar de que la palabra en cuestión me sigue pareciendo una quimera además de una tomadura de pelo, lo de objetividad, digo, pero se intenta, al menos, no caer en la mentira, en la falsedad o el oportunismo. Contar las cosas con el máximo criterio. Desde un punto de vista lo más periodístico posible. Pero es sabido por todos que cuando trabajas para un medio hay que plegarse muchas veces a él. Estableciendo prioridades que pueden ser comerciales, sociales o políticas. No descubro América. Es así.

El Antojano ha sido una verdadera liberación para mí. Escribir desde el pequeño despacho instalado en casa, o con el portátil sobre las rodillas en el sofá, con el ipad desde la parte trasera de un coche, en el asiento de un autobús, en una habitación de hotel, un cuarto de hospital, que de todo ha habido. El Antojano ha salido de mí a borbotones, por instinto, por rabia y tristeza, por alegría y desesperación. He recorrido miles de kilómetros mentales, al igual que físicos, que me han permitido crecer, liberarme y de paso divertirme y, creo, divertir al personal. En verdad les digo que sin este puñado de artículos mi año hubiera sido mucho peor.

De mis males y los de mi tierra querida hablo, en prosa, en alguna copla. La sanidad, el C.T.R, el gran Meneses, la Semana Santa, los Land Men, cine, sucesos, Isabel, como no. Estaciones de autobuses, remolacha, agricultores y regantes, literatura, el ascenso del Astorga, los Astures y Romanos, el increíble caso de la AP-71 (que se ha convertido en el artículo más leído del año en el blog), de mi Maragatería, la Virgen del Castro o de nuestros ‘humildes’ políticos. Temas todos ellos en los que he puesto el corazón y lo poco que sé hacer, darle a la tecla.

Y como uno escribe, sobre todo, para que le lean, es de imperativa justicia que agradezca a mis lectores esas más de 30.000 veces que han hecho clic en mi página alguna vez desde que existe, que se hayan detenido delante de mi foto los sábados en el periódico, ahora también en su web.
Ese Antojano, ese callejón oscuro y estrecho que separa dos edificaciones maragatas es más ancho y soleado que nunca gracias a ustedes, que desde 14 países han entrado en mi mundo, no solo a través de estos dos medios, sino también de otros que han querido destacar mi trabajo como las páginas Tam Tam Press, astorgaredaccion.com o nazarenoysoledad.com.

Javier, Luís, Sergio, José, Juan Carlos, Andrés, David, Juan, Héctor, Gabi, Pablo, Ángel, Raquel, Chus, Ana, Laura, Elena, Marta, Belén, Estefanía, Begoña, Silvia, Paloma, Laura, Cova, Cris… son solo algunos de mis lectores. A ellos y a tantos otros que acceden cada semana a este espacio no solo les digo gracias, también les pido perdón por atreverme a competir con otras de sus lecturas, por colarme en su tiempo.

El Antojano seguirá, espero, en este 2015 dando guerra, poniendo paz. Intentando contar León y los leoneses. Esperando que la pluma siga viva, el corazón despierto y la cabeza alerta. Yo solo les pido que, como dice el bolero,»El tiempo que les quede libre, si les es posible, dedíquenlo a mí».
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