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Te has hartado de Phoskitos

30/05/2020
 Actualizado a 30/05/2020
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No me gusta celebrar mi cumpleaños, durante muchos años los he festejado en solitario con un buen jamón, y poco más. Procuro por todos los medios evitar dejar rastro de la fecha, salvo cuando no me queda mas remedio, y así, poco a poco he ido manteniendo esa intimidad que hace que, un día que no me gusta, lo pase feliz porque no me llama nadie. Aunque a veces me olvido de que vivo con un ser de cuatro años que se levanta todos los días, sí o sí, a las siete menos cuarto de la mañana, igual que mi querido Fernández Sobrino, y que esperaba ese día como si el cumpleaños fuese suyo.

Pues bien, esto sucedió la semana pasada, no concretaré el día. Volvía de la emisora, tranquilo, porque en general el secreto estaba a salvo, e incluso me animé a comprar tres pasteles y una vela, por aquello de dar aire a mis penas y compartirlo con la madre en apuros y Dimas. En esas me veía por Ordoño con la mascarilla, los guantes y la bandejita con los tres petisús perfectamente colocados, de donde colgaba esa cuerdecilla roja que les ponen para que no acaben aplastados, cuando una conocida señora de León, fan de los folletines y las habladurías, me estropeó el día. ¿Dónde vas con los pasteles? Cómo te ha sentado el confinamiento, ¿no?, ¿no estás un poco gordo?

Poco se escribe de esto de la ‘gordofobia’ a pesar de la falta que hace un poco de pedagogía con este tema, pero no de los kilos, sino de los cretinos que faltan al respeto con impunidad.

Yo, media vida he sido delgado y la otra media me he puesto para gratinar. No sé cuál fue el momento en el que salté de un lado en el que los polos blancos te sientan bien, incluso por dentro de los pantalones, al de la búsqueda del azul marino con valientes hechuras de caja.

El pasado jueves, Kichi, alcalde de Cádiz, comentó su hartazgo ante los comentarios que sufre desde hace unos meses por el cambio de su estado físico: «Te has hartado de Phoskitos en el confinamiento», «estás redondo» y el clásico «te has puesto gordo».

La cuestión de estar fuerte, suelo tomármelo a chufla, pero el otro día la salida de tono de la señora, me sentó mal. No recuerdo bien lo que le respondí, nada elegante, eso seguro, ojalá algo relacionado con su cara de estreñida, pero lo olvidé rápidamente, cuando me acordé del cerrillo de macarrones con carne y tomate que me iba a meter con Dimas y Sofía. Brindé por ella con champaña del bueno, y por todos los feos, por todos calvos, por los que llevamos gafa pasta, por los albinos y por supuesto, por todos aquellos ‘monguers’ inconscientes que se toman la licencia de lanzar ese comentario, sin saber que pueden joder la vida a un niño o a un adolescente. Que no es el caso.
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