fulgencio-web-1.jpg

Tarucos de invierno

27/01/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Guardar
Hicimos una recopilación en la ruralidad de aquellas obligaciones a las que nos obliga el duro invierno, la despoblación y que te puedas encontrar sin el cuarto para jugar una partida de tute y, al margen de las que no voy a reproducir porque son pecado y aún guardamos ciertas esperanzas de que haya cielo o por lo menos purgatorio nos encontramos con lo que los intelectuales llamarían una deriva preocupante.

Se volvió a repetir aquello que una vez nos anunció Sidoro en medio de una nevada de esas que no te permiten salir de casa ni con las madreñas de tacos (que son como las ruedas de invierno de los coches pero aplicado a las gomas de los tarucos de las madreñas). «¿Querrás creer que bajaba andando y ahí donde casa Mesiapraos escuché ruido, me puse a escuchar y estaba hablando con la mujer?Ahí que espalar para que salga de casa porque si no da en loco».

- O ella.

- Entonces sería que da en loca.

Lo que es manejar los idiomas con precisión.

Pues el otro día había dudas de si en una casa estaba el matrimonio al brasero y hablando.

- Quiá. Eso que escuchaste era la televisión, que ahoradura toda la noche, no ves que quitaron la Carta de Ajuste sin ton ni son y era de lo mejor de la programación.

Ay diosico. Pero resulta que como salió a colación la cosa de la televisión nos pusimos a confesar lo que vemos por la noche y, al margen de lo que es pecado, hay que hacer unos cursillos para reconducir el asunto.

Mediagorra pasa la noche dando vueltas al mando, p’arriba y p’abajo mirando a ver si aparece aquel alargapichas de Jef Extender: «Ahora que lo necesito hay en el mismo canal un paisano que se pasa la noche cocinando con una sartén que no se le pega ni el Súper Glú. Y acaba una tortilla y empieza. Y un adivino que le dice a una que llama llorando porque se quedó viuda: «Le sale que echa de menos a una persona muy cercana a usted».

No te jode. Hoy veo Cuéntame.
Lo más leído