Tanto frío...

16/11/2021
 Actualizado a 16/11/2021
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Se ha quedado el frío del verano pegado a la piel sudada en este invierno social que hiela el cuerpo sin hogueras. Hace tanto frío en la calle… y congela al ver esos rincones hechos casa a la puerta de los supermercados ponferradinos. Allí, a la jornada laboral de los que están pasada esa barrera de cristal, se le añade la del reloj de los de fuera, aquellos que pasan las mismas horas detrás de un cartón desnudo en el que revelan toda su realidad intentando despertar algo que hiberna. «Parado busca ayuda. Trabajo o comida», leo como si fuera la contraposición a una campaña de publicidad, y supura una última súplica que quiere acercarse más a ese otro mundo de dentro: «español». Como si la solidaridad escogiera a quién ayudar en base a la toponimia. «Tengo tres hijos, sin trabajo, pido una ayuda», reza el cartón de segundo uso -el primero era el transporte de galletas- que enseña una joven que tirita sentada en una caja de fruta colocada en vertical. Se encoge sobre el pecho, casi sin poder mantener la espalda erguida, y saluda. Sabe quién va a responder a su mensaje solo con una mirada. Ha aprendido a ver dentro de los ojos de los que pasan de pie ante su escueto espacio. El cartel se salta cualquier presentación, porque no interesa conocer más allá de la urgencia. El anonimato es menos doloroso para quien enseña y para quien mira. Un perro duerme en el regazo del hombre que hace años mira al suelo, apostado a la entrada de la panadería. Ya no siente lo duras que sonlas baldosas, tal vez no sienta nada, pero eso no importa ni vende penas. Tampoco le importa y deja una gorra sucia dada la vuelta delante de sus rodillas entrelazas, sabedoras de su posición mantenida, por si alguien quiere entender…

Sigue haciendo frío en la ciudad. Este otoño hay niebla y se prevén más heladas, será el cambio climático, dicen. Aunque las canas apuestan porque algo más ha pasado…algo que hiere y escarcha.


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