06/04/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Ahí va una especie de diccionario imperfecto, raro y personal, con sólo dos entradas que nacen de la misma palabra: tánatos. Estamos aquí para vivir, pero también para conocer su reverso.

DEMOTANASIA. La muerte de los pueblos. Un concepto de la investigadora María Pilar Burillo. «Un proceso que tanto por acciones políticas, directas o indirectas, como por la omisión de las mismas, está provocando la desaparición lenta y silenciosa de la población de un territorio», dice en el excelente Los últimos. Voces de la Laponia española, de Paco Cerdà.

La España vacía. Vaciada, también, por acción u omisión. El día de la manifestación en Madrid, Sánchez habla de despoblación y mundo rural en la ‘España llena’; Casado se viene a Matadeón de los Oteros a subirse a un tractor y Rivera va a la convocatoria, cuyos organizadores han pedido que no se politice. Pues vale, ahora toca la chapa ‘Soy de pueblo’. A ver cuando se cambien la chaqueta.

EUTANASIA. El buen morir. La muerte sin sufrimiento físico, según la medicina. En la mitología, Tánatos es la muerte sin violencia, la contraria que la de las guerras y el crimen. Y su gemelo es Hipnos, el sueño. Yo quiero una muerte pacífica, sin sufrimiento, buena. Por eso pido una ley de eutanasia. Ojalá no la necesite.

Qué dolorosa la historia de María José Carrasco, enferma de esclerosis múltiple durante treinta años con todos sus largos días, y de su marido, Ángel Hernández. Ellos decidieron contarla porque saben cuántas se quedan de puertas para adentro. Cuánta valentía y cuánto amor.

Ángel salió detenido de casa, con el peso de la ausencia en el corazón. Ha sido vergonzoso verle esposado por los policías a los que él mismo había llamado. Una noche, la primera noche del resto de su vida sin María José, en una celda.

El escritor Jorge Reverte escribió ese día una columna ofreciéndose a compartir calabozo con él. Hace diez años Reverte escribió un artículo para contar cómo había ayudado a morir a su madre, con un cáncer terminal. El artículo estaba dedicado al doctor Luis Montes y le dieron el premio Ortega y Gasset de periodismo. No sé cuál merece Ángel, alguno al valor.
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