¿Tan difícil es la unión?

Salir de siglas de partidos políticos y de la pleitesía rendida a los superiores sería el inicio para que los municipios florecieran

Ramón Cela
13/05/2018
 Actualizado a 14/09/2019
Atardecer en Villafranca, una metáfora de su propio porvenir.
Atardecer en Villafranca, una metáfora de su propio porvenir.
Ningún Gobierno es más aborrecido que aquel que más conviene al pueblo (Plinio ) Difícilmente se le puede llevar la contraria a un personaje tal, que sus pensamientos perduran a través de los siglos y por lo tanto no voy a ser yo quien ose llevar la contraria a tan gran pensador, ya que estoy totalmente de acuerdo con estas frases tan célebres.

En los tiempos actuales, los gobiernos municipales no son otra cosa que simples marionetas que con la mano extendida imploran a sus superiores de ‘Partido Político’, una ayudina, para contentar a algunos de sus votantes que no hacen más que pedir, amenazando continuamente, que si no se mejora el municipio, en las próximas elecciones votarán a otros.¡Que desvergüenza ¡ Pero lo cierto es queel votante, exige y en vez de hacerlo a cara descubierta lo hace soterradamente, que es una forma más de caer en el pecado de criticar a cambio de nada.

Puede que el votante en nuestro país no tenga el grado de preparación idóneo para vivir una democracia, tanto en losámbitos locales como nacionales y eso no es más que el fruto de la política seguida por algunos partidos para que sus votantes permanezcan en la ignoranciay su voto perdure como la afición a un equipo de fútbol. Total, la sabiduría política solo engendra disconformidad y el gobernante o mandamás, bastante tiene con luchar continuamente tanto con sus correligionarios de partido, como con los adversarios que solo piensan en quítate tú para ponerme yo.
La política es un poco como la ley de la selva, pero ni unos ni otros se percatan que tanto la selva como el desierto tienen y mantienen sus leyes y que al final todos vamos al agujero, pese a que algunos piensen en la inmortalidad. Ya decía Quevedo : Lo mucho se vuelve poco, con desear otro poco más.

Un refrán creo que muy berciano dice: Lejos de vista, lejos de corazón y así de esta manera, muchos bercianos y leoneses, estamos lejos de sentirnos amados por los altos estamentos autonómicos al ser sabedores de que nuestros ediles hacen cuanto pueden por traer a sus municipios algo con que contentar al votante, porque, si no, este puede poner los pies en polvorosa y nos quedamos sin mayoría.

El Castro de La Ventosa o Castro Bergidum se derrumba, como se cae Villafranca a pedazos y como las instituciones importantes están tan alejadas, no se pueden percatar del deterioro que supone el paso del tiempo, tanto en un sitio como en el otro, mientras que los que nos llamamos animalistas vemos como la buena madre, con cierta sutileza, no deja de amamantar tanto a unos como a otros, pero aquí la madre está a más de cien kilómetros y como la canción. Dicen que la distancia es el olvido pero en muchos casos es la realidad.

Villafranca se derrumba y se muere porque no existe ni la fe niun fuerte viento que aviveel fuego latente que tiene su enorme patrimonio, luego como siempre vendrán las épocas de las lamentaciones, las quitamanchas de la inanición porque esta población lleva demasiados años clamando una atención y lo único que consigue es que los políticos que pueden, miren para otro lado observando el vuelo de las golondrinas.

No se puede seguir así y los ediles que pertenecen a distintas formaciones políticas deberían anteponer el amor a su pueblo al de su partido o ideas, al tiempo que en un amplio consenso de unión, tiren todos de la misma cuerda y en la misma dirección y no se les pide nada, que ellos previamente no hayan prometido, porque a la hora de pedir el voto, siempre dicen que,salgan elegidos o no, trabajaran por el pueblo y si poner palos en las ruedas del progreso es trabajar por el pueblo, lo mejor que pueden hacer es que, con humildad y valentía, resignarse a dejar que los que buenamente quieren la unión de todos en una causa común, que no es otra cosa queel bien del pueblo, luchen con todas las armas que les otorga la democracia.

Ya lo decía el filósofo “ Renguiñas”, Pueblo pequeño, infierno grande y pese a todo, los villafranquinos, no acabamos de aprender que las palmaditas en la espalda, no es más que caricias conformistas, para que no levantemos la voz y plantarnos donde corresponda, exigiendo un poco de atención a un patrimonio que es de todos y como tal, tenemos que defenderlo en círculo cerrado y sin fisuras políticas.
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