También sirven para la basura

28/02/2018
 Actualizado a 17/09/2019
28-02-2018-a-la-contra.jpg
28-02-2018-a-la-contra.jpg
Los contenedores de la basura darían para escribir un tratado sociológico de alto contenido científico, y no la tontería de Mercedes Milá adjudicándole tal condición a ese otro cubo de la basura que era su Gran Hermano.

De hecho hubo un tiempo ridículo en el que los programas de la tele viajaban a los contenedores de la basura de los famosos (de la rama petardos, Belén Esteban y Paquirrín, para que se me entienda) para saber de sus vidas hurgando allí. Y llegaban a conclusiones metafísicas que para sí hubiera querido el gran Gustavo Bueno. Baste decir que si encontraban un preservativo se abría una espita que jamás tendría cierre.

No alcanzo a entender, dejando la rama petarda, o no, la propensión de los partidos políticos y candidatos a señorías por hacerse rápidamente con las paredes de los contenedores de la basura para anunciar allí sus productos. Si del preservativo se abría una espita peligrosa, de un candidato que directamente toma el cubo de la basura... no quiero seguir el razonamiento más evidente, aquel que llamaban silogismo en bárbara, porque no están los tiempos para bromas y la cárcel de Mansilla ya está hacinada.

Pero también los cubos nos recuerdan que pasó la Navidad, que ya no sirven los disfraces del Carnaval, que ya no es tiempo de flotadores...

Ah, se me olvidaba, estos cubos también sirven para tirar la basura.
Lo más leído