13/07/2020
 Actualizado a 13/07/2020
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Hay premios que son como taconeos de plata. El Princesa de Asturias de las letras de este año va para la polifacética canadiense Anne Carson. De ella habla bien el gran asturiano Xuan Bello, el de la ‘Historia general de Paniceiros’ y miembro del jurado. Su nombre no aparece aún en la ‘Antología de la poesía anglocanadiense contemporánea’ (Lumen 1985) Aunque nacida en el 50, comenzó tarde; pero sí se encuentra (también en Lumen) ‘La belleza del marido’.

«Hay demasiado yo en mi escritura», declara. Y, para hablar de ella hablan de «decreación» (al parecer un invento de Simone Weil). «La ‘decreación’ consiste en desplazar el ser de uno mismo para darle cabida a Dios». Sus declaraciones no hacen más que acentuar un taconeo un tanto arrítmico y como provocador: «Hemos perdido las cualidades que nos hacen civilizados: la levedad y la autodisciplina» (ABC 21.6.20). Hasta ahí podíamos llegar: llamarnos a nosotros despilfarradores de la levedad… Nosotros que por no tirar no tiramos ni los envases de vidrio en el contenedor azul… Y que, en poesía, no dejamos de lado ni a Pere Gimferrer…

Profesora, experta en lenguas y cultura clásica, escribe: «La noche golpea su taconeo de plata espalda abajo…» y uno recuerda al mentado Pere Gimferrer, cuando en ‘Arde el mar’ nos describía a Montreux como «rosetón de los ópalos lacustres». Pero, todo nos lo aclarará el jurado del prestigioso premio Princesa de Asturias cuando dice de ella: «Mantiene un compromiso con la emoción y el pensamiento». ¡Ah! Entonces, ya se ve mucho más claro el motivo de que le hayan dado los 50.000 euros a la mujer. Que tal parece que imitaran a la Sra. Díaz Ayuso de Madrid, en aquello de «Nosotros mantenemos un compromiso con la cautela». Ese debe ser el estilo que el jurado califica como «Un estilo único donde los géneros se difuminan para rozar o agarrar lo esencial». El taconeo de plata: lo esencial.

«Llamará poderosamente la atención a un tipo de lector al que le han vendido la grandeza de la ‘fina intelectual’ que amalgama todos los géneros en un ‘collage’ en el que se funden poesía, teatro, ensayo y música», escriben de ella los críticos. Y, en llegando hasta aquí sin ganas ya de continuar desvariando más, apresurémonos a empaparnos de toda esa modernidad que rezuma el quehacer de esta gran intelectual. Que, de seguir así, hasta en nuestra tierra nos van a tener por envidiosos del ajeno triunfo. Y nada más lejos de la realidad. Tal vez con el «taconeo de plata que la noche golpea espalda abajo» logremos comprender mejor lo de la ‘decreación’.
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