Suspendido el juicio a una familia de 15 miembros por cultivo y venta de marihuana

La vista se aplaza mientras el fiscal pide para los acusados penas de entre cuatro y 15 años de prisión y multas que llegan a superar los 200.000 euros por persona

R. Álvarez
16/04/2023
 Actualizado a 17/04/2023
Plantación en el interior de marihuana en una imagen de archivo. | ICAL
Plantación en el interior de marihuana en una imagen de archivo. | ICAL
Entre el 5 de abril de 2020 y al menos hasta el mes de octubre de ese mismo año un total de 15 personas «relacionadas entre sí principalmente por vínculos familiares» se dedicaron «de forma profesional, permanente, jerarquizada y con vocación de permanencia al cultivo masivo de plantaciones de marihuana en el interior, bien en viviendas o bien en espacios habilitados a modo de invernadero para dicho fin». Además, la sustancia que cultivaban la ponían en el mercado para su «enriquecimiento ilícito». Por este motivo, que explica el fiscal en su escrito de acusación, estas 15 personas se sentarán en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de León este lunes y martes, 17 y 18 de abril, como «autores» de delitos contra la salud pública, continuado de defraudación de fluido eléctrico y de tenencia ilícita de armas, por los que les pide penas que van desde cuatro a 15 años de cárcel y multas que llegan a superar los 200.000 euros.

Para el fiscal, A.S.R. ejercía la función de «director de todo el conjunto, ordenando la instalación o abandono, velando por el adecuado desarrollo de los cultivos y fijando los precios y posturas de negociación a la hora de comprar y vender sustancias estupefacientes». Por debajo de él estaban los que considera como los integrantes de la organización «en un segundo escalón en labores de dirección secundaria» y «supeditados a sus órdenes», aunque «con cierta capacidad de decisión en asuntos ordinarios de la actividad, así como potestad sobre subordinados, dadas sus relaciones familiares y de consanguinidad». Estas personas son: A.B.G., que es la esposa de A.S.R. y que se encargaba de hacer de «correa de transmisión de las órdenes de A.S.R. y de asegurarse de que se cumplían adecuadamente sus instrucciones», A.S.B., Z.E.V., T.S.B., D.E.V., S.S.B. y F.G.G..

"Extrema vulnerabilidad"

Debajo de ellos la Fiscalía sitúa en su escrito a un «tercer escalón» sobre el que A.S.B., menor de edad en el momento de los hechos, ejercía «labores de enlace, intendencia o control» como «parte activa» de la red y de su «actividad criminal». Respecto a los integrantes de ese «tercer escalón», que el fiscal considera «totalmente fuera de la estructura familiar aunque subordinados a la misma», explica que se ocupaban de «las labores más ingratas y laboriosas de la actividad de cultivo», como la vigilancia de las plantaciones, el riego el abono, el cortado o la cosecha de los cogollos. Explica también que «muy a menudo» vivían en condiciones de «gran penosidad en inmuebles mal acondicionados para la vida cotidiana de una persona, toda vez que las casas se reformaban pensando en crear espacios idóneos para el cultivo de marihuana y no en las condiciones de salubridad o comodidades mínimas de las personas que las ocupaban». Estas personas son, tal y como se recoge en el escrito de acusación, los conocidos como «lacayos» o «lacorros» en el argot de la actividad y su posición, según se explica, es de «extrema vulnerabilidad a todos los niveles». Al parecer, cada uno de ellos estaba asociado a un miembro de la familia «en calidad de sirviente», llegando a estar a disposición de la misma «de forma integral y a tiempo completo». Estas personas son: P.C.C., D.F.A., E.G.P. y S.F.C.

La Fiscalía subraya que este grupo fue detectado por primera vez en una vivienda unifamiliar que había sido comprada y puesta a nombre de D.E.V. y que fue acondicionada de forma integral «para el cultivo masivo de marihuana». Fue, además, en esta primera vivienda en la que se detectó una «colaboración» en la labor de cultivo por parte de «familiares cercanos» de A.S.R., concretamente de su hermano y también acusado J.S.R.. Esta última persona ejerció, según el escrito, una «labor de control y gestión de esta vivienda y su contenido de la mano de su familiar, lugarteniente y también acusado, C.G.G., que se encargaba de todo el suministro logístico para el sirviente que se ocupaba de la vigilancia, cultivo y cuidados de las plantas sobre el terreno». El sirviente era el también acusado M.L.A..

Registros y hallazgos

Una vez que se produjo la entrada de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en la vivienda, en el escrito se expone que se localizaron en su interior 410 plantas de marihuana cogolladas, tres aires acondicionados, nueve extractores de aire, 12 ventiladores, 43 lámparas de cultivo, 43 transformadores eléctricos, cuatro termo-higrómetros, dos cuadros eléctricos, siete botes fertilizantes, una sulfatadora y varios metros de tubo flexible de extracción de aire. El valor en el mercado ilícito de la sustancia hallada se valoró en más de 19.000 euros y la defraudación llevada a cabo con el enganche ilegal a la corriente eléctrica se calculó en 15.523,77 euros.

Tras esta primera parte de la investigación se constató que los acusados habían comprado varias propiedades que durante los meses de julio y agosto fueron vigiladas y trabajadas por los sirvientes. Dos de estas casas se «desmontaron» el 24 de agosto ante el temor de que fueran descubiertas y se procediera a incautar su contenido. Y, de esta manera, los días 25 y 26 se llevó a cabo el traslado de todo el material y, «una vez que los acusados cesaron en su actividad en la comarca del Bierzo», se constató que continuaban con el cultivo masivo en interiores para su posterior venta en sus propios domicilios o en inmuebles de su propiedad cercanos a los mismos, por lo que el 4 de octubre de ese año se procedió a la «intervención de diversas viviendas e inmuebles». En la vivienda habitual de A.S.R. y A.B.G., en la que se encontraban también F.G.G y E.G.P. en el momento del registro, se incautaron 21 plantas de cannabis sativa de gran tamaño y perfecto estado de floración, hojas y cogollos cuyo valor en el mercado ilícito superaría los 17.000 euros, 40 transformadores eléctricos, diversa cartuchería de 22 milímetros y un enganche ilegal a la corriente eléctrica con un valor de defraudación calculado en 320,49 euros. En otra vivienda, en la que se encontraban A.S.B. y su esposa Z.E.V. también se descubrió una plantación de interior de marihuana con 233 plantas en un estadio medio de desarrollo y cogollos secos con un valor de más de 4.000 euros, 16 transformadores eléctricos con sus respectivas lámparas, ventiladores, termostatos y diversos elementos para el cultivo masivo de marihuana y un enganche ilegal a la corriente eléctrica con un valor de defraudación de 1.673,03 euros.

Por su parte, en una nave titularidad de Z.E.V. hallaron 20 plantas de marihuana desarrolladas y ya secas con un valor de mercado de 5.054 euros, cogollos de marihuana con un valor de 4.548 euros y un arma de fuego sin registro efectivo del calibre 22 dotada de mira telescópica y en prefecto estado de funcionamiento que usaban para proteger las casas y la plantación en la que se localizó y a la que tenían acceso D.F.A., A.S.R. y A.S.B.. En otra nave en el interior de la finca propiedad de Z.E.V. se descubrió otra plantación con 383 plantas a medio desarrollo con un valor de 4.082 euros y 25 transformadores eléctricos con lámparas alógenas. De halló igualmente un enganche ilegal a la corriente eléctrica con un valor de defraudación de 5.981 euros. En el domicilio de T.S.B. y D.E.V., descubrieron dos aparatos de aire acondicionado, 15 lámparas de calor, básculas de pesaje y diversos elementos para el cultivo en interior de marihuana, además de una plantación con 228 plantas a medio desarrollo y un valor en el mercado de 2.036 euros y 83,4 gramos de marihuana con un valor de 424,50 euros. En la vivienda se detectó igualmente un enganche ilegal a la corriente eléctrica con el que habrían defraudado 5.442,51 euros. En el domicilio de F.G.G. y S.S.B., por su parte, se hallaron 20 transformadores y 20 lámparas, así como 262 plantas en fase media de desarrollo y un precio de 4.061 euros, además de otro enganche ilegal con el que también habrían defraudado 1.502 euros. Por último, en una finca propiedad de D.E.V. encontraron 80 transformadores eléctricos con sus correspondientes lámparas alógenas destinadas al cultivo de marihuana en interiores y un vehículo que era utilizado en labores logísticas por parte de la agrupación delictiva.

Delitos y penas

Para el fiscal los acusados cometieron delitos contra la salud pública, continuado de defraudación de fluido eléctrico y de tenencia ilícita de armas por los que considera que procede imponerles las siguientes penas: para A.S.R. 15 años de cárcel y multa de 246.320 euros; para A.B.G. nueve años de prisión y multa de 246.320 euros a la que suma otra de 12 meses con cuota diaria de seis euros; para A.S.B. 10 años de cárcel, 246.320 euros de multa y otra de doce meses con cuota diaria de seis euros; para Z.E.V., seis años de cárcel y las mismas multas que en los dos casos anteriores; para T.B.S. 9 años de cárcel e iguales multas; para D.E.V. seis años de cárcel e iguales sanciones; para S.S.B. seis años de cárcel y mismas multas; para F.G.G. ocho años de prisión e idénticas sanciones; para P.C.C., D.F.A., E.G.P y S.F.C. seis años de cárcel e iguales multas y para J.S.R., C.G.G. y M.L.A. cuatro años de prisión, multa de 78.617 euros y nueve meses de multa más con cuota diaria de seis euros.
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