16/05/2018
 Actualizado a 07/09/2019
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La llegada al poder del nuevo president de Cataluña ha sido el último capítulo de rescate de tuits que desnudan al personaje de turno. Se debería sospechar de cualquiera que no es capaz de pensar un minuto antes de escribir un tuit, y más si se dedica a insultar o menospreciar a los españoles. Sus comentarios, tildados de supremacistas, recuerdan demasiado a Sabino Arana y su teoría de la superioridad de los vascos. Así estamos más de un siglo después, a vueltas con las razas y la supuesta ventaja de unas sobre otras, que ya vemos que en este mundo de hoy lo importante es vivir en feudos aislados porque así se logran más objetivos, más riqueza, más humanidad y más cultura...

Si nos pensamos que el supremacismo es solo cosa de exaltados catalanes que viven en su particular Twitter, estamos muy equivocados. Muchos de los problemas que hoy en día tenemos que soportar, también aquí en León, vienen de ese afán por considerar que nuestra ciudad, pueblo, tierra o región es la mejor del mundo, muy por encima de la cercana o la lejana. Nuestra calle, el trabajo o incluso el portal es ‘obviamente’ superior a los demás. Y si no lo es, será porque nos roba, como se lleva escuchando durante años en català, euskera, galego, castellano y, por supuesto, llionés. Todo es cuestión de escalas, de permitir que una persona así gobierne lo que quieren convertir en un país independiente, mientras el resto de España es un ejemplo de buena gestión, tolerancia, empatía y humildad.
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