sergio-jorgeb.jpg

Sufrimiento gratuito

21/01/2015
 Actualizado a 07/09/2019
Guardar
Son 43.000 euros lo que cuesta acabar con una enfermedad hasta hace poco crónica. Yel gasto del tratamiento para los afectados antes de que llegara esta revolución farmacológica es cercano a esa cantidad, que se añade a lo que asciende un trasplante si la dolencia se agrava. Pero ahora mismo es más fácil que la hepatitis C se perpetúe en el tiempo a que se elimine para siempre. Y todo por dinero. Es la cruda realidad que se vive no solo en León, sino en el conjunto del país. Es verdad que poco a poco los pacientes van recibiendo el afamado Sovaldi, pero aún quedan muchos que viven con la angustia de desconocer si antes de una nueva recaída podrán por fin curarse. Hasta hace poco tiempo, aceptaban la resignación de que su enfermedad no tenía cura y por tanto apenas se les oía quejarse, apaleados por una dolencia que les aleja de la sociedad, del trabajo e incluso de la familia. Porque esa es otra, el estigma que sufren por tener un problema sanitario contagiado, en la mayoría de las ocasiones, en transfusiones sanguíneas contaminadas. Ahora perviven entre la esperanza de que la solución es cercana, la incertidumbre de no saber cuándo van a recibir los nuevos tratamientos (en el caso de que puedan optar a ellos) y la indignación de que Sanidad los trata como un problema estructural cuando tendría que ser algo temporal. Mientras tanto, el ministro da palos de ciego.Quizá está buscando esas copas que tuvo que abandonar en los bares de Valladolid en los que sufrió un escrache hace unos meses...
Lo más leído