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Suerte en Catar

20/11/2022
 Actualizado a 20/11/2022
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Hoy empieza el Mundial en Catar, país pequeño que se permitirá el lujo de no celebrar la final en su capital, Doha, a pesar de haber derrochado miles de vidas de obreros en el crecimiento de la ciudad y de sus dos estadios. A algunos de aquellos bangladesís y naturales de otros lugarespude ver con ocasión de una escala aérea. Me pegué una caminata desde el hotel hasta la bahía con una extraña sensación de familiaridad. Decenas de trabajadores descansaban tirados por las aceras apurando las casi inexistentes sombras. Aquello era, llevado al extremo, lo que había conocido veinte años atrás en una jornada de doce horas en agosto currando en la LE-30. Sin habernos dado una gota de agua, el jefe de obra nos gritaba que ahí mismo teníamos la fábrica de Puleva para abastecernos (y si no abrían el grifo podíamos mendigarles un poco de Omega 3, no te jode).

El carácter despótico de aquel osobuco obtuso, salvando todas las distancias, creen muchos aficionados que asoma en nuestro seleccionador nacional. No es mi caso. Yo soy admirador de Luis Enrique desde sus tiempos en el Madrid, cuando me molaba mas que Raúl para desconcierto de mis compis de clase. Pero sí que tengo un problema con esas personalidades como la suya, crudas y tendentes al choque frontal. Son muy competitivas y su capacidad de liderazgo es incuestionable, pero se lo cobra la vida en salud mental. Por eso son muy difíciles de aguantar a largo plazo, cuando no son ellos mismos, mucho antes, los que implosionan esquizofrenicamente y te mandan a tomar por culo o toman ellos mismos las de Villadiego. Antes han sido muy exigentes de lealtad pero muy poco dialogantes cuando hubo conflicto. Les plació hacer y deshacer, y efectivamente se hizo lo que ellos dijeron con contadas excepciones, como la del caso actual de Lucho, a quien la Federación le ha debido de colar la retransmisión del día a día de la selección por un canal de streaming. Como no tendrá trabajo ‘papá’ sube y baja del andamio que se lleva a los entrenamientos…

Pero llegados a este punto solo queda desear suerte a todo el combinado español y especialmente a mi once titular. Griten conmigo: ¡Simón!, ¡Carvajal!, ¡Laporte!, ¡Azpilicueta!, ¡Alba!, ¡Busquets!, ¡Pedri!, ¡Koke!, ¡Sarabia!, ¡Asensio! y… ¡Morata!
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