Sueldos por sexo

El Consejo de ministros y ministras de ayer aprobó tres decretos que, como todo lo que se produce en estas fechas, han resultados muy polémicos. Uno hacía referencia a la bajas por maternidad y paternidad, otro a los alquileres de viviendas y el último a la lucha contra la brecha salarial. El Gobierno obligará a las empresas a publicar una tabla salarial para que quede de manifiesto «la brecha entre géneros». Según la vicepresidenta Carmen Calvo, «muchas mujeres no exigen la supresión de esa diferencia porque no la conocen». A partir de ahí, la nueva jurisdicción exigirá contratos sujetos a «mismo trabajo, mismo salario», independientemente del sexo. Hasta ahora, los planes de igualdad sólo afectaban a las compañías con más de doscientos trabajadores. De aquí en adelante, las medidas recién horneadas obligarán a las empresas con cincuenta o más empleados. Lo cierto es que se trata de una medida que lamentablemente es necesaria (en una sociedad de verdad avanzada no lo sería) y que se debería haber aprobado mucho antes. Obviamente, tienes tintes ciertamente electoralistas hacerlo a las puertas del Día de la Mujer, algo que denunció ayer Pablo Casado, presidente del PP, que llegó a decir que «utilizar las instituciones públicas en beneficio de tu partido sólo pasa en las repúblicas bananeras». Quizá el y su partido no sean lo más indicados para hablar de lo que es utilizar las instituciones para beneficiarse, pero en cualquier caso la polémica está servida pase lo que pase.