La ruta que se presenta en esta ocasión tiene unas características singulares y, por lo tanto, estará planteada de un modo diferente a las demás. En primer lugar se trata de la cumbre más elevada del país y, por otro lado, se encuentra en una isla alejada del continente y dedicada en especial al turismo.
El Teide, una cumbre singular
El planteamiento se va a realizar en dos jornadas, la primera para acceder al refugio de Altavista y la segunda para llegar a la cumbre.
Para subir al Teide hay varias posibilidades: la más sencilla es la de subir con el teleférico hasta la Rambleta, a 3.555 metros, y desde allí hasta la cumbre por el sendero Telesforo Bravo. Aunque es un camino empinado y sinuoso, se llega fácilmente a la cumbre. Sin embargo, para disponer de este acceso es necesario solicitar un permiso especial con mucha antelación, porque las plazas son muy limitadas y es fácil que estén cubiertas desde mucho tiempo antes. La otra solución más normal es la que aquí se plantea: subir desde el parking de la Montaña Blanca. En el kilómetro 41 en la carretera donde comienza el camino de dicha montaña, hay un parking muy pequeño perodonde se puede dejar bien el coche (Si no hubiera sitio en este lugar se podría ir hasta el aparcamiento del teleférico, lo que alargaría varios kilómetros la ruta), dormir en el refugio de Altavista, que hay que reservar con antelación, y subir antes de las 9 de la mañana a la cumbre. Hay otras posibilidades sencillas, como la de subir en el teleférico, bajar hasta Altavista, dormir y subir a la mañana siguiente, y otras complicadas, como salir desde el aparcamiento de Montaña Blanca de madrugada y subir a la cumbre antes de las 9 de la mañana, que es lo que hacen los que están muy fuertes pero esta posibilidad no es objeto de lo que aquí se propone. 
La ruta Puede comenzar por la tarde, no demasiado tarde, para que no llegue la noche antes de llegar al refugio, se aparca en el lugar indicado y se toma la pista que va hacia la Montaña Blanca. Se trata de un tramo de 5 kilómetros con un desnivel bastante suave de piedra pómez y muchas revueltas, pasando por un terreno bastante árido, donde lo que más llama la atención son los llamados ‘huevos del Teide’, enormes pedruscos oscuros esparcidos a lo largo de un tramo de la subida.Tras esta ascensión se deja la pista y se toma un estrecho y empinado camino, señalizado como el camino de la Rambleta, que sube haciendo ‘zig zags’ para alcanzar los 3.260 metros de altitud del refugio. Desde este punto, si se pone el sol, se puede ver la larga silueta del pico sobre la tierra volcánica y sobre el mar.
El refugio es sencillo pero cómodo y se puede pasar la noche para salir como mucho a las 6 de la mañana si se quiere acceder a la cumbre sin necesidad de permiso. La ascensión a la Rambleta y a la cumbre se realizará en otra entrega. No se necesita llevar saco y no dan comidas.