Suben un 5,1% las hectáreas de cultivos agrícolas aseguradas

Los siniestros registrados descienden coincidiendo con un año en el que el campo ha gozado de un buen 2020 desde el punto de vista climatológico

Ical
24/01/2021
 Actualizado a 24/01/2021
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No solo el 2020 ha servido para que el sector agrícola y ganadero se reivindique como esencial ante la ciudadanía como consecuencia de la incidencia de la pandemia por el covid, sino que además fue un buen año en el campo desde un punto de vista climatológico. Eso se refleja en los datos de siniestralidad contabilizados en Castilla y León que reducen hasta las 263.000 las hectáreas siniestradas a lo largo del año, lejos de casi el millón contabilizado un año antes sobre todo como consecuencia de la sequía. En la misma línea, los daños alcanzaron los 22,7 millones de euros, un 73% menos de los casi 84 millones de 2019.

Así lo evidencia el informe anual de Agroseguro recogido por Ical, en el que se cuantifica en 17.279 los siniestros declarados, muy por debajo de los 38.000 de un año antes (un 54,5% menos), con 163.797 parcelas afectadas que albergan 262.902,6 hectáreas. Por provincias, las más afectadas fueron Burgos, con 3.899 siniestros en casi 67.000 parcelas; y Palencia, con 2.887 siniestros en 19.625 parcelas.

En el caso de León se sumaron 2.285 siniestros en algo más de 13.000 parcelas; y 2.118 en Valladolid, con más de 8.700 parcelas afectadas. Por debajo de los 2.000 siniestros se situaron el resto de provincias el año pasado. Se contabilizaron 1.811 en Soria, con casi 27.300 parcelas afectadas; Zamora, con 1.543 y 6.505 parcelas; 1.346 siniestros en Segovia repartidos en 15.596 parcelas; 770 en Salamanca, con 3.385 parcelas; y 620 en Ávila, con 2.718 parcelas.

A la hora de contabilizar el número de siniestros, se tiene en cuenta la totalidad de daños comunicados aunque se hayan producido en una misma parcela, de manera que si un mismo enclave se ve afectado por pedrisco y fauna salvaje, se contabilizan dos siniestros diferentes.

En lo que a las hectáreas afectadas se refiere, la mayor afectación se dio también en Burgos, con más de 67.000, seguida por Palencia, con 43.834,8; y Valladolid y Soria con una afectación muy parecida, 31.897,4 y 31.803 hectáreas respectivamente. En Segovia se vieron afectadas 26.549 hectáreas; 22.095,8 en León; 17.216 en la provincia de Zamora; 13.601 en Salamanca; y 8.806 en la provincia de Ávila. Con estos datos, las indemnizaciones pagadas el año pasado ascienden en el ámbito agrícola a 22,7 millones de euros, muy por debajo de los 84 de un año antes. De ellos, 16 corresponden a herbáceos y 1,6 millones a viñedo, cultivos que fundamentalmente se han visto afectados por el pedrisco. También se abonó 1,5 millones correspondiente a frutales; 1,2 millones a hortalizas; 0,8 millones a cultivos forrajeros, dañados sobre todo por las lluvias; y el resto para los demás cultivos, en especial la remolacha, afectada en especial por la no nascencia, y la cereza.

Tendencia a la contratación


Lo que no se modifica es la tendencia a la contratación, que un año más sigue al alza en el sector agrícola. Según los datos de Agroseguro, la contratación en las líneas principales en la comunidad (herbáceos, forrajes y uva) ha crecido un 3,4% hasta las 23.589 declaraciones en Castilla y León, con un aumento del 3,7% en el caso de las hectáreas aseguradas (1,5 millones). Esta subida viene impulsada fundamentalmente por el crecimiento de los seguros en los forrajes, que aumentan un 320% hasta las 592 declaraciones en la comunidad, frente a las 141 de un año antes.

Desde Agroseguro recuerdan que en esta línea se ha incluido el riesgo de sequía en la alfalfa forrajera en diez comarcas de Castilla y León, que se convierte así en la única comunidad en la que está cubierto ese riesgo. Además, la Junta ha aumentado al 20% la subvención para la contratación de esta línea, lo que ha favorecido este claro incremento.
También crece la contratación de seguros para cultivos herbáceos. El año pasado lo hizo en un 1,6% hasta las 21.396 hectáreas, lo que desde Agroseguro se atribuye a que se ha conseguido que el agricultor encuentre en el seguro agrario «la mejor arma» para la gestión de los riesgos climáticos en las explotaciones. Aunque apenas es perceptible, la tendencia contraria se ha dado en el caso de la contratación de seguro de uva, que ha perdido dos declaraciones, con un descenso del 0,1% hasta las 1.601 en la comunidad.

En el caso de León, la contratación aumentó un 0,7% en León con 1.885 declaraciones. Suponen tener aseguradas 61.681,21 hectáreas de cultivo.
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