Suárez-Quiñones recibe la Lámpara minera de la Brigada de Salvamento del Bierzo Alto

El consejero pidió a los brigadistas que sigan siéndolo pese al cierre "abrupto" de las minas

Mar Iglesias
20/12/2019
 Actualizado a 20/12/2019
El consejero recibió el galardón de la Brigada de manos de Manuel Lamelas en Montealegre. | ICAL
El consejero recibió el galardón de la Brigada de manos de Manuel Lamelas en Montealegre. | ICAL
El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones reconoció el trabajo de la Brigada de Salvamento del Bierzo Alto a lo largo de sus 32 años al recibir la Lámpara minera como reconocimiento a su trabajo por la mina “para mí es un orgullo y me siento muy pequeño al pensar en su función”, dijo al recibir el galardón de la mano de la Brigada.

Recordó el consejero losincidentes a los que atendió la Brigada a lo largo de su historia como el del Pozo Albares o incendios y explosiones en las minas “con la única vela de la valentía”, aplaudió. Considera Suárez-Quiñones que es el que más sentimiento le ha dado de todos los reconocimientos recibidos. Y pidió a la agrupación, liderada por el empresario minero, Manuel Lamelas Viloria, que sigan trabajando “nos han hecho cerrar la minería de forma abrupta pero siguen muchos pozos abiertos y necesitamos tenerlos en activo, porque son auténticos héroes”, dijo, de los que destacó su formación y entrenamiento altruista.

Por su parte, Manuel Lamelas destacó los méritos de Suárez-Quiñones para recibir este galardón, que fue otorgado por unanimidad al consejero “ha sido un gran valedor de la minería en años de declive”, dijo. Destacó que alargó la vida a las empresas mineras bercianas, lo que dio prejubilaciones y dio una forma de cerrar la minería más amable que la actual“al menos no tan dramática como desgraciadamente se ha hecho. Ha sido un cierre muy precipitado”, aseguró el empresario, y sin justificar.

Como propietario de la empresa Hijos de Baldomero García, aseguró que le dio más de ocho meses de vida “lo cual dio cientos de prejubilaciones”.
Esta reunión anual en la que se concedió el premio en Montealegre, con una comida de fraternidad, viene a mantener una tradición que explicó Lamelas. Se trata de la reunión que ha tenido la Brigada cada año “que ha sido la recompensa para la Brigada. No tenían más paga que esta comida de hermandad”, dijo.

En ella, tradicionalmente también, se hacía un recuento y recuerdo de los accidentes mortales acaecidos anualmente. Y , aunque este año no los ha habido, reconoce Lamelas que “no es este año el mejor porque la actividad ha sido casi nula. Ha sido un año corriente”, dijo, haciendo ese tradicional balance. Pero sobre todo ha sido una jornada de recuerdo con los minutos de silencio en homenaje a los mineros.

Lamelas mantiene las esperanzas en que algo quede y espera que la minería no se acabe aquí y que “pueda quedar alguna actividad” al final del recorrido de la transición que se está produciendo.
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