12/02/2021
 Actualizado a 12/02/2021
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Superada la nevada y siguiendo en la capital, donde las cosas toman otra relevancia, hoy vamos con el Canis Lupus, animal que según la leyenda, aúlla a la luna invocando poder para proteger a su manada. Supongamos a un lobo retozando por El Retiro y degollando a toda mascota que se menee. Es fácil imaginar el circo organizado antes de ser sacrificado y declarado ‘animal catastrófico’. Cuesta creer que el Canis Lupus pudiera seguir matando perritos por todo Madrid sin que sus dueños puedan intervenir porque un grupo de sabios lo ha declarado animal intocable, con argumentos tan sólidos como «la sociedad tiene que asumir el coste de los ataques de lobos» o «el lobo genera ingresos en forma de turismo rural...». Divagaciones aderezadas con palabras como ecosistema, protección de especies, medio ambiente… que disfracen de seria la prohibición, a granel, de la caza del lobo en todo el territorio nacional, sin tener en cuenta que el 98% de ellos se concentran en cuatro Comunidades Autónomas, encabezadas por Castilla y León, donde la única especie en peligro de extinción es la humana. Osadía de Comunidades que conociendo este animal por sus devaneos con Caperucita, votan esta decisión. Que un señor de Baleares decida el futuro de un ganadero leonés es tan demencial como que un pastor de Babia decida sobre la pesca del arenque, con la formación adquirida observando el desove de los peces de su hijo.

Me permito recomendar a ese cónclave de sabios la lectura de ‘Luna de lobos’, de Julio Llamazares. Quizá aprendan leyendo esa historia de supervivencia, de humanos cada vez más lobos, en una eterna lucha con sus perseguidores, que matar o morir está justificado por el instinto de supervivencia, pero en igualdad de condiciones. Así ha sido la depredación desde que el mundo es mundo, hasta que lobos de despacho, lejanos y autóctonos, pretenden romper las reglas del juego, negando a los ganaderos el derecho a la defensa propia y la de su ganado, abocados desde ahora a ofrecérselo en sacrificio al lobo sagrado, a aullar a la luna como único medio permitido para pedir protección para los suyos o a convertirse en furtivos, para ejercer su legítimo derecho a la supervivencia.

Nota: Leyendo una de las definiciones de Depredación: «Abuso económico que consiste en malversar bienes públicos o imponer a alguien cargas, tributos o sanciones económicas injustas, empobreciendo a la población», cuesta imaginar a un lobo degollando a una oveja… ¿Y si no es al Canis Lupus a quien protegen y no hablamos del mismo cuento?
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