Sorpresa en Fabero al ser el único municipio leonés abierto a acoger refugiados

Ofrece una vivienda con tres habitaciones que puede albergar entre 5 y 9 miembros, habilitada en el espacio del Pozo Julia aunque podría pasar a la vivienda de emergencia social

Mar Iglesias
13/10/2021
 Actualizado a 13/10/2021
Si queda libre la vivienda de emergencia los refugiados la ocuparán, si no, se ubicarán en el apartamento del Pozo Julia. | D.M.
Si queda libre la vivienda de emergencia los refugiados la ocuparán, si no, se ubicarán en el apartamento del Pozo Julia. | D.M.
“Solo nos pedían una vivienda”, dice la alcaldesa de Fabero, Mari Paz Martínez, al explicar cuál era la demanda del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones de España, José Luis Escrivá, para acoger a los refugiados llegados de Afganistán, tras la situación límite que se vive en ese país con la llegada de los talibanes al poder.

Reconoce que no es la primera vez que abre la puerta a ofrecer esa ayuda "ya respondimos a ella con los refugiados sirios, pero no llegó ninguno", explica, pero considera que es una petición a la que “muchos ayuntamientos le podemos hacer frente”, sobre todo en el medio rural, donde incluso se intenta atraer a familias con hijos para evitar el cierre de los colegios. Por eso le sorprende que solo haya sido Fabero el municipio leonés que se ha prestado a dar esa ayuda.

En toda la comunidad, se une a Valladolid y en todo el país a Marchamalo (Guadalajara), “me sorprende mucho que solo sean tres ayuntamientos, los tres del PSOE por cierto”, dice Martínez.

Además, asegura que el Ayuntamiento solo va a encargarse de la vivienda que ofrece y de mover las fichas pertinentes para integrar a los refugiados que lleguen los primeros seis meses.

Martínez recibirá este miércoles la visita de una ONG encargada de esta reubicación de refugiados, después de que ayer llegaran a la base de Torrejón de Ardoz 84, de ellos 35 niños y muchas mujeres.

Fabero ofrece para ellos una vivienda que estaba destinada a uso turístico en el Pozo Julia, para cinco personas, aunque Martínez abre la mano a que puedan ser más “podemos habilitar literas que tenemos del camping y estirar ese número incluso hasta nueve”, dice, con la intención de poder ayudar a mucha más gente. “La casa tiene tres habitaciones y se puede adecuar como se necesite”.

De inicio, cuando Fabero dijo sí a dar su mano a los refugiados, asegura que se pretendía ocupar una vivienda municipal que el Ayuntamiento tiene para emergencias sociales, en el poblado Diego Pérez, pero en la actualidad está ocupada por una persona a la que se le quemó su casa “y estará en ella mientras se hagan las obras para recuperarla”. Eso puede llevar un mes más, por lo que se ha optado por la segunda opción de momento “esperemos que los que lleguen no se asusten al escuchar la sirena del Pozo cuando haya visitas”, dice Martínez enfocándose ya en la llegada que es “inminente”, apunta.

Por parte del Ayuntamiento está todo preparado “tenemos las viviendas listas, con todo lo necesario, con ropa de cama, incluso tenemos una cuna y hemos pedido ropa de bebé a los vecinos por si se necesitara”. La respuesta de la población reconoce que ha sido muy buena “la gente quiere ayudar porque aquí sabemos de integrar. Por la mina ha pasado gente de todas las nacionalidades y nunca hemos tenido ningún problema”, dice. Es más, considera que la ayuda que ofrece es también una oportunidad “sobre todo para los niños, para que contacten con otras civilizaciones y con lo que pasa en su mundo. Vamos a aprender mucho de ellos”, dice con entusiasmo.

La alcaldesa mira más allá de la llegada de los afganos, enlazando un programa de clases de apoyo que podría aportar Cáritas, puesto que lo tiene activado en el municipio, o un programa de clases para adultos que también tiene el municipio.

De la búsqueda de empleo se encargará la ONG y de gestionar los gastos de los refugiados a través del Ministerio “no sabemos qué perfiles laborales tienen, pero todo eso lo llevarán ellos. Nosotros lo que haremos es intentar que se integren esos seis o nueve primeros meses”, dice, a la espera de concretar toda la llegada estos días.
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