Soraya Mayo: "Más de mil autónomos cierran cada año y no es justo ayudar sólo a los de Rodríguez"

La presidenta de ATA en Castilla y León considera que "es una odisea" acceder a prestaciones por cese de actividad

David Rubio / Alfonso Martínez
19/06/2016
 Actualizado a 11/09/2019
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La despoblación como principal problema de la provincia y de sus autónomos, ya que viven del «consumo interno». Es el resumen del panorama que para los trabajadores por cuenta propia dibuja en esta entrevista la presidenta de ATA en Castilla y León, Soraya Mayo, quien hace balance de sus casi 12 años al frente del colectivo.

– Lleva 12 años al frente de ATA en Castilla y León y ha tenido ya tiempo de vivir épocas de bonanza, de crisis y de inicio de recuperación. ¿Cómo describiría su trayectoria al frente de la organización de autónomos?
– Hemos conseguido muchas cosas. Nuestro principal logro en Castilla y León ha sido poner en el mapa y en la agenda política a los autónomos, que hasta la fecha no contaban. Éramos un colectivo importante que estábamos trabajando y creando empleo y riqueza, pero no se nos oía demasiado pese a que hemos llegado a ser 220.000 en la comunidad. Ha sido la principal aportación de ATA en estos años, poner a los autónomos en la agenda política y en el foco mediático para destacar la relevancia que tienen en la economía de Castilla y León.

– ¿Cuál es la situación actual de los autónomos en la provincia de León?
– Como en el resto de las provincias, porque en esto no somos muy diferentes. Ahora mismo hay una situación de incertidumbre, de no saber qué va a pasar. Se nota mucho miedo. Vemos un cierto parón. La provincia de León es muy grande y la situación es distinta en función de cada comarca. En las zonas mineras hay negocios a los que les va peor ahora que en plena crisis. También es cierto que igual la crisis tardó más en entrar en estas zonas, pero ahora están tardando más en salir. El Bierzo está ahora en una situación delicada, pero en León sí que se ve cierto dinamismo. Se ha de aprovechar bien el tema turístico, pero es un tema delicado a la hora de conjugar sus intereses con los del comercio. En líneas generales, estamos mirando al cielo para ver qué sale de las urnas el día 26 y tenemos cierta preocupación. El principal problema de la provincia es la falta de población. Vivimos del consumo interno y si no tienes población productiva ni reproductiva es complicado, sobre todo en zonas rurales.

– ¿Cómo ha sido su comportamiento ante la crisis?
– Pensábamos que con la estampida tan grande y la cantidad de despidos que hubo al inicio de la crisis iba a haber mucha gente que se daría de alta como autónomo, pero lo cierto es que hasta que no entró en vigor a mitad de la legislatura la tarifa plana no se regeneraban las altas. Había muchos más autónomos que cerraban sus puertas de los que las abrían. En León estuvimos perdiendo autónomos desde 2009. Hemos tenido un repunte en 2014, pero el año pasado, cuando toda España crecía, León perdió autónomos. Vamos un poco a la cola. Castilla y León, Galicia y Asturias fueron las tres únicas comunidades que en 2015 perdieron autónomos.

En las zonas mineras hay negocios a los que les va mucho peor ahora que en plena crisis. Van a tardar bastante en salir de ella – ¿Cómo valora las medidas que se han tomado durante estos últimos años para apoyar a los autónomos por parte del Gobierno y de la Junta?
– Una de las principales medidas que han beneficiado a los autónomos ha sido el plan de pago a proveedores. No tanto para los emprendedores, pero sí para los autónomos que ya estaba constituidos. Ha ido muy bueno, porque se han cobrado facturas en el cajón que estaban en pesetas y que se daban por perdidas. En un momento en el que la liquidez se cortó de un día para otro y nadie te daba crédito y en un momento en el que había mucha morosidad pública y privada, el plan de pago a proveedores salvó a muchas empresas con muchos puestos de trabajo. Para los autónomos que estaban ya constituidos ha sido vital. En el caso de los emprendedores, la tarifa plana ha sido muy buena. Los que ya estaban trabajando se han quejado porque parecía que todo iba dirigido a los nuevos. La prioridad ha sido sacar a gente del paro y no había para todos. O le damos la oportunidad a los que no tienen trabajo o ayudamos a los que ya están. En esta segunda etapa de la recuperación creo que hay que ayudar también a los que ya llevan tiempo constituidos. Hay que darles formación y ayudarles a que sean más competitivos. La transformación digital es vital para los pequeños negocios.

– ¿Es muy complicado que un autónomo pueda cobrar el paro?
– La verdad es que sí. El paro es una de las cosas que hay que seguir reformando. Los autónomos tienen la posibilidad de cotizar por cese de actividad. El problema es que tienen que estar cotizando de forma ininterrumpida tres años y medio para tener uno de prestación. No se asemeja nada al paro que tienen los trabajadores por cuenta ajena. No es la panacea, ya que más del 80% de los autónomos cotizan por la base mínima. El paro de los autónomos no es que cierren porque quieren aunque les vaya bien. Hay que cumplir unas causas objetivas. Para aquellos autónomos que cotizan en módulos es difícil demostrar que han tenido pérdidas, porque pagan todos los meses lo mismo. La Ley de Mutuas ha flexibilizado esos requisitos, pero sigue siendo una odisea porque más de un 75% de los autónomos que cotizan por cese de actividad no logran cobrar finalmente prestación.

– ¿Y cuáles son sus principales necesidades a partir de ahora?
– Cotizar realmente por los días que se trabajan, es decir, que si uno se da de alta el 13 de junio no tenga que pagar el mes entero, sino tener un prorrateo. Que los autónomos que se jubilan puedan cobrar su pensión desde el día siguiente y no tengan que esperar un mes, algo que no ocurre en el régimen general. La posibilidad de cambiar la base de cotización de forma trimestral, porque ahora igual el autónomo tiene mucha faena y puede cotizar un poco más, pero a final de año igual no. Adecuar las cotizaciones a cómo vayan los ingresos. La posibilidad de agrupar las cuotas, no pagarlas mes a mes, sino favorecer que se haga trimestralmente sobre todo para las actividades más estacionales. Minimizar el recargo cuando te pasas un día en pagar la cotización a la Seguridad Social, que es de un 20%. Es fundamental castigar la morosidad, porque es indecente que las administraciones paguen cuando les parece a los autónomos y a las pymes y no pase nada. Debe haber un régimen sancionador para acabar con esta lacra. La lucha contra la economía sumergida también es vital. Seguimos con un montón de trabas administrativas. Hay mucho cuello de botella en los ayuntamientos, porque tienen requisitos y mentalidades muy difíciles de cambiar.

Es cierto que el crédito fluye algo más ,pero sólo para proyectos saneados. Hay muchos autónomos que no logran financiarse – ¿Son muy morosas las administraciones de la provincia?
– La Diputación no, porque es una de las que mejor paga. El Ayuntamiento de León no es tan buen pagador. En líneas generales sufrimos la morosidad, porque la media de todas las administraciones está en 64 días, pero afortunadamente no somos Andalucía o Valencia. Aquí el municipio que peor paga sería uno de los mejores en otras comunidades. No es consuelo, pero para un trabajador autónomo no es lo mismo cobrar a 100 días que hacerlo a 280. No se cumple la ley en muchas instituciones, pero no estamos tan mal como otras comunidades.

– ¿Fluye el crédito ya para los trabajadores autónomos?
– Al inicio de la crisis hubo un corte bestial. Es como si te cortan el agua en tu casa sin avisar. No lo pudimos prevenir. Nos dejaron con muchas pólizas de crédito, muchos pagos a proveedores que no podíamos hacer frente. Hubo mucho problema. Ahora es cierto que se empieza a dar crédito otra vez, porque los bancos viven de prestar dinero y se les acababa el negocio. En Castilla y León se han facilitado bastante las cosas con Iberaval, se han acercado más a los autónomos. Tienen mucha más sensibilidad con nosotros que hace 12 años cuando yo empecé. Ha aumentado también el número de autónomos que conocen Iberaval. En todo caso, hay muchos emprendedores en la provincia de León que aún no tienen crédito para poder iniciar su actividad. Hay muchos autónomos que llevan menos de tres años en la actividad, que son un colectivo de riesgo, que todavía no encuentran financiación. Hay más que antes, pero para empresas que están muy saneadas y no tienen dificultades. Quizá siga habiendo muchas empresas en la provincia de León que necesitan crédito y no lo encuentran porque su situación no cubre los riesgos necesarios.

– ¿Ha habido avances a la hora de entrar en los órganos del Diálogo Social?
– No, porque hay una cerrazón por parte de los actuales interlocutores del Diálogo Social. Patronal y sindicatos no quieren que entremos los autónomos. Cuesta mucho cambiar mentalidades. Han de tener apertura de miras. La sociedad ha cambiado y ellos también tienen que hacerlo. No se puede tener marginados a los 39.000 autónomos de la provincia y a los más de 200.000 de la comunidad. No puede ser que no tengamos representación. Y más en León, donde el tejido industrial es inexistente y lo mismo ocurre con la representación sindical, les guste o no. Un 90% de los autónomos no tiene trabajadores a su cargo y ahí no hay representación sindical. Estamos vertebrando la provincia en el medio rural. No tenemos interlocución en esos consejos, pero a nivel privado de propuestas y de ayudas sí hay diálogo. Los cortijos estaban muy bien para el siglo XIX, pero ahora no tienen sentido. No hay voluntad ni valentía política para cambiar esto. Seguiremos trabajando y luchando por los autónomos, pero estamos marginados. No queremos quitarle sitio a nadie. Yo no me voy a meter en una negociación colectiva, porque no es mi guerra. No me voy a meter en las reivindicaciones de las grandes empresas. Cuanto mejor les vaya a ellas, mejor nos va a ir a nosotros. Lo que quiero es que las medidas para autónomos y emprendedores se pacten y se hablen con nosotros.

Patronal y sindicatos no quieren que entremos en el Diálogo Social. Quieren aislarnos, pero los cortijos quedaron en el siglo XIX – ¿Qué se puede hacer a la hora de poner coto a la figura del falso autónomo?
– Lo ha habido toda la vida. Empresas que le dicen a un trabajador que tiene que darse de alta como autónomo y pagar sus cuotas. Tiene su ordenador y el mismo horario que el compañero de al lado, que está en régimen general. Lo ha habido toda la vida. Se ha incrementado en la crisis, pero no hay datos. Esto se puede combatir con inspecciones de trabajo y sanciones.

– ¿Cómo valora la situación desatada tras el incendio de Embutidos Rodríguez, en la que muchos de los trabajadores eran autónomos?
– El 80% de la plantilla son autónomos, pero tienen una cooperativa. Lo primero que pensé fue que eran falsos autónomos y que habría una inspección que no les dejaría levantar cabeza, pero con el régimen de la cooperativa... No me gusta ese sistema. Creo que deberían estar en el régimen general, pero llevan desde los años 70, han pasado inspecciones de trabajo y está todo bien. No soy quién para decir nada. El problema está en que ahora se quedan sin prestaciones. Parece ser que la empresa se va a encargar de los trabajadores. Me parece bien. Lo que no me parecía tan bien es que se pusiera el foco en la Junta para que les diese ayudas. No sería justo, porque hay muchos autónomos que cierran cuando están muy endeudados y nadie les ayuda. Es complicado. Si obtienen ayudas, que se den con un canto en los dientes, porque serían muy afortunados. De un autónomo que cierra en León no se acuerda nadie. ¿Por qué unos sí y otros no?

– Porque son 400...
– Cuando una empresa cierra y se van 300 personas a la calle es un escándalo. Como los autónomos cierran sin meter ruido... Más de mil autónomos cierran su negocio cada año en la provincia, pero pasan desapercibidos. Cuando hay un cierre gordo se visualiza mejor. Hay muchos autónomos que cierran y se quedan con una mano delante y otra detrás. En este caso debe hacerse cargo la cooperativa de ellos.

– ¿Cómo valora la Ley de Segunda Oportunidad?
– Ha sido un fiasco. El principal problema de los autónomos es su deuda con la Seguridad Social y Hacienda. Si no les permiten negociarla para ponerse al día, no saldrán adelante. No queremos que nos regalen nada, pero que no nos pongan el pie en el cuello. Una propuesta sería fraccionar los pagos para pagar la deuda poco a poco, pero que no crezcan los intereses hasta que el autónomo se ponga al día. La mayoría de las leyes se hacen pensando en la picaresca. Hay mucho autónomo pirata, pero hay mucho ciudadano pirata en general. Habrá que legislar pensando en los autónomos quieren trabajar y ganar dinero. La picaresca la tenemos en el ADN, pero hay que combatirla.
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